Mientras el PRD sangra por sus divisiones internas, su presidenta, Alejandra Barrales, busca de todas las formas posibles ocultar las heridas del partido.
Por eso, ahora organizará una movilización en la vÃa pública junto a varios otros miembros del Sol Azteca para mostrar la unidad partidaria, más allá de los fuertes rumores de diferencias irreconciliables entre tribus y pérdida de poder territorial que vienen acechando a la fuerza polÃtica.
La marcha será el 26 de marzo y aun el CEN deberá definir la convocatoria y el detalle de los participantes. Pero lo que sà se sabe es que Barrales buscará, simbólicamente, mostraste fuerte como mandataria y reunir la mayor cantidad de apoyo en medio de la tormenta que, una vez más, enfrenta el partido.
Las causas de la nueva crisis fueron varias, pero entre ellas resaltan dos. La primera es que varios miembros del partido -como el senador Miguel Barbosa y la subsecretaria capitalina Leticia Quezada- se manifestaron en estos dÃas en favor de la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.
La segunda, que Barrales decidió no abrir internas para decidir el candidato que peleará en el Estado de México y desató la furia de varias tribus que aun mantenÃan esperanzas de posicionar a sus alfiles y evadir, a través de un proceso interno, la hegemonÃa que ADN mantiene en el territorio.
De hecho, fue en este último punto donde se paró el precandidato a la gubernatura del Estado de México por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y miembro de la tribu Nueva Izquierda, Javier Salinas, para pedir hoy la renuncia de la presidenta.
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