Fue a finales del 2015 cuando empezó la pesadilla para Empresas ICA y que crecería cual bola de nieve a lo largo del 2016, con una deuda desbordada y el desfile de directivos que trataron de poner orden.

La familia Quintana buscó a toda costa alejarse de la declaración de bancarrota, se habló de varias salidas, incluso la participación del inversionista David Martínez o la condonación de impuestos por parte del gobierno federal.

Sin embargo la resolución terminó siendo reesructurar la deuda bajo concurso mercantil preacordado, que implica un proceso mucho más rápido y consiste en que al iniciar el proceso de insolvencia se presenta un plan de reorganizaicón. La Corte entonces continúa el proceso de insolvencia llamando a todos los acreedores dándoles a conocer el plan.

La resolución aún no es oficial, la trascendió una fuente cercana a la agencia internacional Bloomberg: "Empresas ICA planea negociar una declaración de bancarrota preaprobada con los acreedores, según una fuente familiarizada con la situación, un paso que permitiría al gigante mexicano de la construcción reestructurar rápidamente su deuda".

Explicó que compañía, que incumplió con mil 350 millones de dólares en bonos en el extranjero en diciembre de 2015, aún no ha iniciado conversaciones con los acreedores, pero espera hacerlo en abril y alistarlo en mayo.

La semana pasada, los accionistas de ICA votaron para retirar todos los impedimentos legales para que la máxima ejecutiva, Guadalupe Phillips, y el consejo lleven a cabo una reestructuración de bancarrota de ser necesario.