Al menos dos empresarios cercanos a Los Pinos hicieron gestiones en el Vaticano para un encuentro en breve entre el Papa y Peña Nieto. La respuesta fue glaciar: Francisco no verá al mandatario en Roma ni antes ni después de la cumbre del G-20 en Hamburgo, tampoco visitará México ni Estados Unidos en 2017 y recién volverÃa al paÃs en el segundo semestre de 2018, cuando la realidad polÃtica sea otra.
El pedido se impulsó bajo la premisa de que el momento es propicio para una foto entre ambos lÃderes de Estado: la violenta retórica Donald Trump contra uno de los paÃses con mayor fervor católico del mundo, en un contexto en el cual el número de fieles va a la baja.
La respuesta por la negativa llega en paralelo a que diferentes representantes de la Iglesia Católica en México hablan de la pobreza que azota al paÃs, señalan la reforma energética como fuente de desigualdad y critican la polÃtica de seguridad.
Debe decirse: el nuncio Franco Coppola tiene una imagen lamentable de la actual administración y ese es un problema para Los Pinos porque cuando Jorge Bergoglio quiere hablar sobre polÃtica mexicana a quien escucha es a su representante diplomático, algo que no ocurre en otras latitudes, donde el Papa se basa más en figuras locales del clero.
Como ya anticipó LPO, Coppola conversa con Andrés Manuel López Obrador y demuestran una sintonÃa peculiar. Cuando las grandes fortunas del paÃs le piden a AMLO mantener las reformas del actual sexenio, la revista de la Arquidiócesis Primada emite un duro editorial en el cual alega que "son el camino de la desigualdad". "No hubo sensibilidad y sà mucha voracidad excusada en demagogia", reclama en documento.
A la situación de desigualdad económica en el paÃs se suma el factor de lo que Bergoglio tilda como "frivolidad": asà como el argentino Mauricio Macri detonó su relación con el entonces arzobispo de Buenos Aires por permitir bodas gay, Peña Nieto incurrió en un movimiento similar cuando en 2016 pidió avanzar en el matrimonio igualitario antes de la debacle electoral.
No es sencillo reconstruir vÃnculos con el Papa. Macri, ya como presidente, tiene encuentros en extremo protocolares cuando a su antecesora Cristina Kirchner le dispensaba citas de dos horas. A pesar de su pragmatismo, Bergoglio es en esencia un dogmático, un constructor de convenciones y quienes ingresan a las mismas tienen su respaldo. Son los casos de Nicolás Maduro en Venezuela y Juan Manuel Santos en Colombia.
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