Desde hace una semana la negociación del TLC desembarcó en el equipo de asesores de Andrés Manuel López Obrador. La incertidumbre sobre cuándo se iniciará el proceso de renegociación con el gobierno de Donald Trump genera que en Morena visualicen que, ante un probable triunfo en 2018, le toque a la próxima administración cerrar el proceso iniciado por el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Si bien el tema ya se escucha en las reuniones de Alfonso "Poncho" Romo, con quien ha hablado la cuestión el candidato es con Fernando Turner, actual secretario de Economía de Nuevo León y cercano al ex jefe de gobierno capitalino. Turner tiene a su favor una buena relación con Ildefonso Guajardo, secretario de Economía que está ganando peso en la relación bilateral y que fue quien se reunió a solas con su contraparte Wilbur Ross.

A pesar de que es un critico severo del manejo economico, Turner comparte con Guajardo la tesis de las "medidas espejo" que indica que ante cada medida que asuma EU y perjudique a México, a este lado de la frontera se exhiba una posición similar. 

Turner no está en el equipo de Romo porque reporta en el gabinete de Jaime Rodríguez pero ha comenzado a trabajar la cuestión o al menos eso se desprende de sus últimos encuentros con hombres de negocios.

Son dos las ideas centrales que expone Turner sobre la negociación. En primer lugar que el a lo largo de todo el proceso de negociación es preciso trabajar con las empresas de EU que tienen negocios millonarios en México. No cree Turner en la sinergia que el gobierno actual esboza con el empresariado mexicano de cara a la renegociación. Cree que eso se trata más bien de una medida para evitar críticas internas y además relativiza la capacidad de cabildeo de los empresarios naciones en EU en un momento en el cual el discurso anti-México ha ganado adeptos en el Capitolio. Por el contrario, advierte que muchas firmas que aportan fondos a las campañas republicanas tienen fuertes intereses comerciales con México.

En segundo lugar el empresario autopartista entiende que el Gobierno mexicano debería desplegar una campaña de comunicación en EU con el objetivo de entender la dependencia económica que  los estados sureños exhiben para con México. Un mensaje agresivo que haga eco en las bases sociales del país vecino. Hoy la comunicación se ha concentrado en los paisanos mexicanos ante el riesgo de deportaciones masivas pero no existe un mensaje para el público de EU.

De comenzar la negociación a fin de año, existe un tercer factor que apunta Turner: la elección de medio termino en EU. Un descenso en la aceptación de Trump que se refleje en el capitolio también debería incidir en el cierre de la conversaciones.