José Antonio Meade descartó cualquier tipo de proyecto o ambición respecto a ser candidato presidencial en 2018. En el marco de la Convención Bancaria, el funcionario indicó que su único anhelo e interés es poder terminar su labor en la Secretaría de Hacienda sintiendo y sabiendo que tomó las mejores decisiones en un entono de volatilidad.

"¿Le gustaría llegar a la Presidencia?", se le cuestionó. "Ya no tengo ninguna ambición", respondió. Hasta hace un año y medio Meade era una posibilidad real ya que contaba con una imagen de técnico eficiente y además lideraba la Sedesol donde se dedicaba a entregar apoyos por todo el país.

Su desembarco en la Secretaría de Hacienda marcó el final de cualquier aspiración. En un principio, parecía que su nueva posición abría en rigor una chances de posicionarlo, justo cuando Videgaray -el hombre fuerte de Peña Nieto para hacerle sombra a Osorio Chong- salía del Gabinete tras las críticas por la invitación a Donald Trump.

Pero el plan de austeridad que le dejó Videgaray además del estallido social que generó el gasolinazo terminaron de dinamitar su proyecto. Meade fue el único funcionario que explicaba la necesidad de subir los precios mientras otros miembros del gabinete, como el propio Osorio Chong, guardaban silencio. En ningún sondeo Meade supera el 5% de intención de voto.

"Lo que me gustaría es ser un buen Secretario de Hacienda. Nos está tocando conducir las finanza públicas en un entorno de gran volatilidad y yo me levanto todos los días buscando que tengamos la claridad de cuáles son las decisiones que hay que tomar para que podamos sortear de buena forma la volatilidad que tenemos por delante", aseguró ante los banqueros en la Convención de Acapulco.

Es un caballo más que se baja. Por estos días, mientras Osorio Chong juega todas sus fichas, el "grupo de Hacienda" que comanda Videgaray intenta inflar -con el apoyo de Enrique Ochoa- a José Narro para que la sucesión siga abierta. 

Pero la "vieja guardia" del PRI cree que es sólo una jugada para mantener entretenido al titular de la Segob. Muchos priistas de vieja escuela creen que el jugador que se guarda Peña Nieto es Enrique Ochoa, pero todavía no quiere sacarlo al ruedo para no desgastarlo en la interna que ya se cobró varios posibles delfines.