Siguen corriendo los días y la bancada del PRD se convirtió virtualmente en dos grupos separados. Por un lado, el bloque de ocho senadores que encabeza Alejandra Barrales y oficialmente lidera Dolores Padierna. Por el otro, el grupo de 12 legisladores que comanda Miguel Barbosa. 

La semana pasada, después de la votación que convocó el CEN del PRD, en donde se designó a Padierna como coordinadora de los perredistas "puros", desde la Mesa Directiva se había prometido que este martes -ese día se reúnen a primera hora- habría una definición. 

Los integrantes de la Mesa Directiva analizarían todos los documentos y actas presentados por los diferentes grupos para dar un veredicto. La situación es muy compleja, porque desde los dos sectores se cometieron algunos "saltos" a los estatutos. 

Por ejemplo, el reglamento interno del grupo parlamentario dice en su artículo 16 que la votación deberá contar con al menos las dos terceras partes de la bancada. Sólo así será legal la selección del coordinador. En ese punto, las cuentas no le cierran a Barrales, pues tomando solo a los 13 perredistas "puros", las dos terceras partes serían 8.6, es decir 9 senadores. Y ella reunió en el CEN del PRD a ocho.

¿Respaldar a Barbosa -como hizo en una primera instancia Pablo Escudero- no sería entregarle dos bancadas a AMLO, el principal candidato para 2018? No parecía buena idea.

Lo cierto es que la división del grupo generó interrogantes también en el resto de las bancadas, sobre todo en el PRI. ¿Respaldar a Barbosa -como hizo en una primera instancia Pablo Escudero- no sería entregarle dos bancadas a AMLO, el principal candidato para 2018? No parecía buena idea.

Pero, ¿apoyar a Padierna sí les generaría buenos dividendos? Más de un priista cree que tampoco sería la mejor opción, porque varios de los senadores de Barbosa saltarían de inmediato al PT-Morena engrosando más las filas obradoristas. El PRI quedó entonces encerrado en un dilema que no parece de fácil resolución. 

Este mismo debate se dio entre las filas de los 12 senadores díscolos, que manejaban dos planes. El primero, mantenerse como una bancada de facto, de corte más independiente y plural. La segunda, saltar de manera uniforme al PT al grupo que comanda Manuel Bartlett. 

Pablo Escudero, presidente de la Mesa Directiva del Senado.

Cuartoscuro

No todos están interesados en esa última opción, sobre todos los independientes -Ríos Piter- y los aún perredistas como Raúl Morón o Luis Humberto Fernández, por ejemplo.

Pero, ¿apoyar a Padierna sí les generaría buenos dividendos? Varios senadores rebeldes saltarían de inmediato al PT-Morena. El PRI quedó entonces encerrado en un dilema.

Después de reunirse, la Mesa Directiva sorprendió al confirmar que no había tratado el tema y de esta forma vuelve a demorar una resolución. Los senadores díscolos empiezan a creen que la mano de Barrales está detrás de las demoras que impone el PRI-Verde. ¿Los motivos? El tiempo favorece a la líder del Sol Azteca, pero también controla los posibles daños para el tricolor.

"Ella necesita tiempo para negociar con algunos senadores más. Porque la definición en favor de Raúl Morón sería una derrota, pero a favor de Dolores Padierna también, por la consecuente fuga. El tiempo es una victoria para tratar de robarle algunos legisladores más a Barbosa, como ya hizo con Iris Vianey, Fernando Mayans Canabal y Adolfo Romero Lainas", explicaron desde la bancada rebelde.