Miguel Ángel Osorio Chong está capitalizando el malestar que existe en el Senado con la candidata de la SHCP al Inegi. Paloma Merodio ha presentado un curriculum que en lo estructural es verídico pero que está  repleto de alteraciones, como por ejemplo decir que fue catedrática en Harvard cuando en realidad era la asistente de un profesor. Los senadores opositores ven en este movimiento un plan de take-over de Los Pinos del organismo a cargo de las estadísticas.

Entre los senadores del PRI tampoco hay buenas perspectivas porque aseguran que de ingresar Merodio al Inegi perderán legitimidad las cifras del país y eso será una bandera de la oposición de cara a la temporada electoral.

Osorio escucha estas quejas y por eso la semana pasada hizo circular entre tres senadores del PRI el perfil de un candidato con antecedentes técnicos y que actualmente despacha en el Inegi. Se le recomendó un gobernador con estrecha llegada a su despacho.

En el Senado el propio Pablo Escudero está inquieto por el proceso de aval de Merodio - aunque la ha respaldado públicamente- e incluso ha llegado a deslizar que el Gobierno debería retirar esa propuesta. Según pudo saber LPO,  se lo dijo a entornistas del propio Meade.

Merodio ha respondido preguntas en el Senado sin dejar a nadie conforme. En paralelo desde el equipo de Meade le han organizado un cabildeo efectivo entre empresarios y dueños de medios de comunicación al punto de conseguir el respaldo del Grupo Reforma que suele editar textos con fuertes quejas por la falta de cuadros idóneos en la política.

El movimiento del secretario de Gobernación explica lo evidente: ya juega su propio juego. Eleva las declaraciones contra el gobierno EU, intensifica sus contactos con gobernadores y trabaja alianzas estratégicas en el Congreso ante un horizonte que espera lo encuentre como candidato. El escándalo de Merodio es otra oportunidad para su propia táctica.