Ante una elección que luce compleja para 2018, en el PRI de Nuevo León tiende puentes con el diputado federal del Partido Verde Ricardo Canavati para que este logre convencer a sus pares Waldo Fernández (PRD) y Daniel Torres (PRI), de que no sean candidatos independientes de Jaime Rodríguez Calderón el año próximo. El primero suena para la alcaldía de Monterrey mientras que el segundo para la de Guadalupe.

Canavati es un diputado de fuerte predicamento y posiblemente uno de los legisladores mejor relacionados en San Lázaro. Dialoga con todas las fuerzas políticas de Nuevo León y llega al entorno del Bronco por su amistad con el constructor Salomón Marcushamer con quien se acercó cuando fue alcalde de Monterrey. De vez en cuando el constructor, dueño de Pabellón M, lo menciona como una buena opción para el interinato en caso de que el Bronco sea candidato presidencial.

El gobernador tienta a los diputados Torres y Fernández porque su idea es aprovechar el 2018 para incrementar su volumen político: quiere sumar diputados estatales, regidores propios y alcaldes. Con Torres tiene una amistad histórica y a Fernández lo identifica como uno de sus nexos con el empresariado regiomontano.

Guadalupe y Monterrey son distritos estratégicos donde el PRI debe revalidar su dominio. Adrián de la Garza es el último alcalde de importancia que le queda al tricolor en el país y su gestión está muy cuestionada al interior del partido.