El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo sin cambios su proyección de crecimiento para la economía mexicana para este año, aunque ésta ya venía de una reducción previa, con más detalle, se explicó que un punto clave en su poco optimismo han sido las alzas de tasas.

Desde finales del año pasado y hasta ahora, el Banxico ha optado por cinco incrementos en las tasas, para hacer frente a la fuerte volatilidad que rodeo la llegada de Donald Trump al poder. 

La decisión prendió tensiones entre el organismo que comanda Agustín Carstens y la dependencia de José Antonio Meade, poniendo contra las cuerdas el objetivo del Gobierno de mejorar el PIB del país, sin embargo, el discurso del banco central siempre ha sido el de comandar la inflación, complinado a Hacienda los cálculos presupuestales. 

Esta situación la pone en evidencia el organismo internacional: "La política monetaria y las condiciones financieras en México son más duras de lo que eran hace unos meses y eso va a tener un impacto en la actividad económica. Por eso tenemos una previsión de crecimiento no tan optimista como lo era hace algunos meses".

En una conferencia, el subdirector de investigación del FMI, Gian Maria Milesi-Ferretti, aceptó que estas decisiones "ayudaron mucho a la estabilidad y el Banxico respondió de forma apropiada al aumentar las tasas de interés para limitar la magnitud de la depreciación, pero afectan las perspectivas del PIB de México en el 2017".

El economista también bajó su alerta en torno a Estados Unidos: "Poco a poco estamos viendo que se asoma en la administración Trump lo que podemos llamar una visión republicana más tradicional. Confío en que ésa es la que predominará"