Luis Videgaray le pidió a Emilio Gamboa que acelere los tiempos de la aprobación de un grupo de embajadores que deben ser ratificados por el Senado. Estos cargos deben ser cabildeados con la bancada del PAN donde han aparecido algunas objeciones. El cargo que más importa al canciller es la aprobación de Mónica Aspe como nueva embajadora ante la OCDE.

El problema con el nombramiento de Aspe  es que deja pendiente su proyecto estelar que es la red compartida, plan que ejecutó desde la SCT. La licitación de ese proyecto la ganó el grupo Altan y ha sido impugnada hasta ahora infructuosamente por el Consorcio Rivada, que fue descalificado porque no pagó la garantía de seriedad de mil millones de pesos.

Para Videgaray es importante la designación de Aspe porque quiere reforzar el cabildeo de México en la OCDE de cara a la negociación del TLC y del futuro del TPP.

En el sector de las comunicaciones hay inquietud porque Aspe tená la responsabilidad de supervisar el despliegue de la red 4G LTE, el más importante proyecto de comunicaciones del sexenio. 

La empresa Altan, que ha recibido un jugoso crédito de 17 mil 500 millones de pesos de Nafin, Banobras y Bancomext, se ha comprometido a que en marzo del año próximo habrá cumplido con la primera fase de la Red compartida para lograr una cobertura mínima de 30% de la población. Dado el elevado monto de recursos públicos involucrados y el poco tiempo que falta para el despliegue de esa red de telecomunicaciones, el nombramiento de Aspe genera malestar.