Antonio Ortiz-Mena de apellido ilustre en la historia de le economÃa mexicana, participó en su momento de las negociaciones del TLCAN. Encargado de Asuntos Económicos de la Embajada en Washington DC, tiene un master en la London School y un doctorado en la Universidad de California.
Actual consejero senior de la prestigiosa firma de consultorÃa de la ex secretaria de Estado, Madeleine Albright, accedió a hablar con LPO cuando todavÃa repiquetea la amenaza de Trump de romper el TLCAN.
¿Qué perspectivas le ve al TLCAN?
Creo que son positivas, se dio un forcejeo muy fuerte sobre todo en Estados Unidos y por temas polÃticos más que económicos, sobre que hacer con el TLCAN. En la pasada campaña prácticamente todos los candidatos criticaban al TLCAN y al TTP, no sólo Trump, incluidos Hillary y Sanders.
O sea, este es un tema que trae un trasfondo que va mas allá de Trump y refleja una inquietud sobre cambios en la composición social y étnica del paÃs y su futuro económico.
Se trata además de un proceso vinculado con dos fenómenos: El surgimiento de China como rival geopolÃtico y los profundos cambios tecnológicos, que apenas estamos empezando a ver. El problema son los robots que hacen los autos, no los mexicanos.
Por eso, los polÃticos norteamericanos eligieron al TLCAN para culparlo por todos los retos de Estados Unidos. Desde los retos de seguridad, hasta la pérdida de empleo.
Esa batalla polÃtica que menciona se dio en Estados Unidos dÃas atrás sobre el tema TLCAN ¿en qué consistirÃa?
El primer capÃtulo se dio entre partidos. Y ahora que ya están los republicanos en el poder, entre distintos grupos de ese partido, entre un ala más pragmática que busca modernizar el acuerdo y otros que tienen una posición en contra del libre comercio en general, que empujan que Estados Unidos deje el TLCAN.
¿Y para que lado terminará decantando Trump?
Yo creo que se inclinará por modernizar el TLCAN, por decir que fue una gran negociación y que ahora no sólo va a ser comercio libre, sino comercio justo y proclamar su victoria.
¿Cree entonces que está superado el riego de que se levante una mañana y anuncie que Estados Unidos se retira del TLCAN?
Si se hubiera firmado este decreto que daba inicio al proceso de retirarse del TLCAN, técnicamente se llama denuncia-, hubiera sido muy peligroso. Porque polÃticamente es imposible para un negociador sentarse bajo amenaza. No veo como el grupo canadiense y el mexicano puede llegar a negociar bajo amenaza de que sino se llega a un acuerdo satisfactorio para Estados Unidos en seis meses, se salen del acuerdo. PolÃticamente eso no es viable.
Por eso, si fue una estrategia para llevarlos a la mesa, me parece no sólo mala sino contraproducente.
Es muy distinto que busque negociar y si después de un tiempo no llegan a un acuerdo, que diga: "Perfecto, no llegamos a un acuerdo y se inicia un proceso para denunciar el TLCAN". Creo que este último enfoque va a prevalecer.
¿Qué fuerzas de Estados Unidos están impidiendo que Trump rompa el TLCAN, como parece tener ganas por momentos?
Hay varias, pero una muy importante y que se vio muy activa el miércoles pasado, son los agricultores. México es un gran comprador de maÃz de Estados Unidos y podrÃa adquirirlo, por ejemplo, de Argentina. Eso serÃa un problema muy serio para Estados Unidos, porque estamos hablando de un mercado de compradores no de vendedores. Es más fácil para México decir voy a comprarle a Argentina o Brasil, que para Estados Unidos ubicar su cosecha en otro paÃs.
¿La administración de Peña Nieto se está manejando bien en esta situación?
Creo que si. En primer lugar porque fue muy explÃcito en que es aceptable y que no. Han dicho que no van a aceptar algo menos de lo que tiene ya en el TLCAN. Es decir, no va a negociar aranceles, ya tenemos arancel cero. Tampoco se van a negociar nuevas cuotas. La postura es: Tenemos el TLCAN y a partir de ahà negociamos. Me parece que han sido muy claros en el piso de la negociación.
Un segundo elemento muy positivo es el alto grado de coordinación que hay en el gobierno de México para estas negociaciones, que integran muchas secretarias.
El tercer elemento es que el presidente Peña Nieto englobó la negociación del TLCAN en la relación general con Estados Unidos, con su pilar económico, migratoria y de seguridad. O sea no es un tema comercial, sino de alta polÃtica y esa es la manera correcta para conseguir poder de muñequeo con Estados Unidos.
¿Y cuales son las fuerzas que empujan a Trump a romper el TLCAN?
Curiosamente también agrÃcola, pero no el que exporta sino el que compite con los cultivos que vienen de México, como el jitomate o el azúcar. Asà como cierto sector de la manufactura, el famoso cinturón de óxido, el rust belt, como Pennsylvania.
Creo sin embargo que tienen un diagnóstico equivocado. Creo que la situación en el rust belt podrÃa mejorar si hubiera una mayor inversión de México y Canadá, con producciones eslabonadas por segmento en los tres paÃses, de manera de hacerlo más competitivo. A veces se olvidan que no sólo producen para Estados Unidos, para alcanzar escala también deben producir para exportar. Con México y Canadá los harÃan mas baratos y podrÃan acceder a esos mercados.
Sin embargo, da la impresión que Trump por momentos parece enfocarse en el mercado interno...
Si y no, porque él se enfoca en crear empleos en Estados Unidos, que es su obligación, pero también se queja mucho del famoso déficit comercial de Estados Unidos y para ayudar a tener superávit tiene que exportar y para eso tiene que ser competitivo y hacerlo regionalmente. Es una paradoja.
¿Qué rol juega en esta discusión Canadá, que hasta ahora estaba bastante al margen?
Al principio Canadá miraba como México se convertÃa en el pararrayos de todas las inquietudes y frustraciones de Estados Unidos. En México tenemos un dicho: "Calladito te ves más bonito". Se hacÃan a un lado y "pobre México, pobre México, pero a mi no me vean". Pero esto empezó a cambiar con el nuevo primer ministro Trudeau, la relación México-Canadá, mejoró sustancialmente.
Además, cuando Trump empieza con el tema de que la industria láctea de Canadá le hace daño a la industria de Estados Unidos y el tema de las exportaciones de madera, que es un diferendo de décadas, Canadá ya está en el mismo barco. Y el miércoles cuando se dio todo este drama, se dieron llamadas entre México y Canadá, antes de las llamadas a Trump. Esto es muy positivo para México pasar de dos dinámicas bilaterales a una trilateral.
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