
Hoy jueves Andrés Manuel López Obrador jugó a fondo en un momento en el cual el Gobierno todavÃa está conmocionado por la muerte del matrimonio Moreno Valle. El presidente lanzó un ambicioso plan para contrarrestar un flagelo criminal pero que además pone en jaque a la competitividad del paÃs y a su empresa más emblemática: el huachicoleo en Pemex.
Es una maniobra a diversas bandas pero que tiene carga polÃtica porque por primera vez en años invierte la lógica. En los últimos sexenios del PRI y del PAN el drama del robo de combustible era abordado como una circunstancia que padecÃa la empresa productiva del Estado. Ahora AMLO cambia el enfoque en 180 grados: el problema no son tanto los grupos criminales que se favorecen de ese monumental negocio sino que el conflicto central está incrustado en Pemex y, concretamente, en ciertas estructuras de la empresa donde tiene poder el sindicato que dirige Carlos Antonio Romero Deschamps.
López Obrador habló hoy de tres empleados de la empresa cesanteados y puestos bajo la órbita de las autoridades judiciales. Luego Olga Sánchez Cordero lanzó su advertencia contra el poderoso sindicalista que encarna como pocos unos de los últimos resabios de poder real del PRI. Una realidad que se desmoronó la noche del 1 de julio.
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Según pudo conocer este medio, por estas horas crece a gran velocidad el debate en el sindicato petrolero sobre un recambio acelerado. Un giro que se vuelve preciso no solo por las posibles contingencias judiciales sino además porque desde hace algunos dÃas ya funciona otro sindicato, impulsado por Rocio Nahle y con fuerte apoyo Luisa MarÃa Alcalde Luján. En el mismo tiene un rol preponderante José Luis Peña, esposo de la secretaria de EnergÃa quien fuera echado de Pemex por Emilio Lozoya.
Este nuevo armado se propone comenzar a licuar de adherentes al gremio propiedad de Deschamps. Es un desafÃo para el lÃder sindical porque por primera vez se encuentra frente a un Gobierno que le quiere detentar el poder en la base laboral de la compañÃa.
El sindicalista Romero Deschamps.
Deschamps no es invitado a los eventos de Octavio Romero, su poder comienza exhibir grietas y ya aparecen algunos jugadores internos con la ambición de reemplazarlo, por ahora el más evidente es el diputado federal Fernando Navarrete, actual secretario de Actas del Sindicato.
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El tablero se termina de volver hostil con la centralidad que tiene en el Gobierno actual Alejandro Gertz Manero. Este fue el primer secretario de Seguridad de Vicente Fox y a comienzos de siglo era uno de los ideólogos del llamado Pemexgate, la investigación que Fox anunciaba para conocer cómo el sindicato presuntamente habÃa canalizado recursos a la fallida campaña de Francisco Labastida. En la mañana de hoy jueves Gertz volvió a tener gran protagonismo en el Palacio Nacional, ubicado, muy cerca, del presidente.
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