
De no haber mayores modificaciones, hoy miércoles la Suprema Corte revisará el planteo del estado de Chihuahua que pide que ni Eduardo Medina Mora ni Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena se expidan en casos referidos al ex presidente Enrique Peña Nieto. Respecto a Medina Mora la discusión no tiene sentido porque ya renunció pero ahora el presidente de la Corte quiere aplicar esa tesis a la firma de Ortiz Mena.
El planteo de Chihuahua está anclado en las fotos de la boda de la hija de Juan Collado (hoy preso) en la cual participaron Medina Mora y el ministro Ortiz Mena. Esa afinidad con Peña Nieto, que también estaba en el jolgorio, los impedirÃa de pronunciarse con imparcialidad.
Javier Corral tiene una posición central en esta trama porque Collado era el abogado de Alejandro Gutiérrez, el ex dirigente del PRI, aliado de Manlio Fabio Beltrones y acusa de desviar dinero público para fondear las campañas del tricolor.
Ortiz Mena es el principal aliado que Medina Mora deja en la Corte. De hecho, ayer martes, cuando Medina Mora se despidió de sus empleados de la vocalÃa, se encerró durante una hora a solas con su ahora ex compañero.
Circuitos de poder e influencias que ahora ZaldÃvar tiene urgencia por desarmar. Medina Mora es todo lo que está mal para Zaldivar y sus ideas de refundar el Poder Judicial. El presidente de la Corte proviene de un buffet de prestigio y de una familia de abolengo que ve en Medina Mora a un arribista emergido desde el poder polÃtico y que nunca deberÃa haber llegado a la máxima instancia judicial.
Prueba de esto es que en las últimas horas ZaldÃvar pidió sin tapujos que los demás ministros se abstengan de sumar a sus despachos a empleados importantes de Medina Mora.
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