
Por estas horas el cardenal Norberto Rivera se encuentra en terapia intensiva a causa del Covid-19. Sin embargo su internación está generando conflicto al interior de la Iglesia Católica de México y un movimiento poco visible dentro del empresariado.
Sucede que, según han declarado en algunos medios curas allegados a Rivera, el Arzobispado mexicano, a cargo de Carlos Aguiar Retes, se negó a pagar la internación de Rivera en un hospital privado. Es por eso que esa internación ahora será cubierta por el empresario Miguel Rincón, dueño de Bio Pappel y muy cercano a Andrés Manuel López Obrador.
Rincón es de los empresarios que acceden a Palacio Nacional a conversar con el presidente, suele ser consultado ante diversos temas y en julio del año pasado acompañó al tabasqueño a cenar en la Casa Blanca con Donald Trump.
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Es amigo de Rivera desde hace años, cuando el entonces arzobispo se movÃa con soltura en el empresariado mexicano, el sindicalismo y, desde luego, los gobiernos del PRI y del PAN. Ese tipo de nexos y la vida que a esa altura tiene lugar fue lo motivó la remoción de Rivera por decisión del Papa Francisco, que se muestra más cómodo con el estilo austero de Aguiar.
De hecho, debe decirse, el argumento del arzobispo para no pagar la internación es que ya han muerto seis curas por Covid y ninguno fue llevado a instalaciones privadas. Pero Rivera no es un religioso normal.
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