
El gran talento del titular de la Suprema Corte, Arturo ZaldÃvar, es el de pregonar un discurso afincado en la meritocracia, la ética y el sentido republicano para luego, ya fuera de la esfera de lo público, recurrir a los mecanismos de acuerdo e influencias más rancios del poder que encabeza. ZaldÃvar dice querer democratizar la Justicia, hacerla más transparente, más visible, pero su accionar es el habitual.
Y no se trata solo de sus permanentes contactos con Palacio Nacional o de esos acuerdos reservados con el ex consejero jurÃdico Humberto Castillejos (ya con orden de aprehensión) que nunca puede terminar de explicar. También hay un correlato interno, hacia el centro del Poder Judicial.
Para entender: ZaldÃvar quiere lanzar un concurso para designar 120 magistrados, pero en el camino pretende alterar los esquemas de selección para que integrantes de su vocalÃa con rango de secretarios alcancen el puesto de magistrados, por fuera de los escalafones naturales.
La orden de arresto contra Castillejos lastima el nexo de ZaldÃvar con la 4T
El momento es justo: a ZaldÃvar le queda un año como presidente de la Corte y quiere aprovecharlo al máximo para ubicar a sus principales laderos en posiciones estratégicas.
Este giro esta generando malestar al interior del máximo tribunal y es por eso que, según pudo conocer LPO, el propio ZaldÃvar en sus contactos con otros ministros los alienta a que impulsen a sus secretarios en ese concurso, un modo sutil de hacerlos participes de una maniobra que es a todas luces, y cuanto menos, poco ética.
El presidente de la Corte busca un premio de salida para esa burocracia cortesana, sumamente calificada, con alto grado de experiencia y que está exenta de las normas de austeridad de la 4T. Ahora además podrán ser magistrados sin antes haber sido jueces, como las normas lo ordenan.
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