
Enrique Alfaro se encamina a una elección decisiva para lo que queda de su mandato y muy compleja en el plano de su ambición personal: el gobernador ya reconoce que con la salida de Ismael Del Toro en Guadalajara resignó, a la vez, el control que podÃa tener sobre su sucesión en la entidad.
Según pudo conocer LPO, Alfaro empezó a reconocer esta realidad el pasado fin de semana, cuando ante un grupo de cercanos dijo que Del Toro no podÃa asegurar el triunfo que él requerÃa sobre Morena en Guadalajara.
Es una definición delicada porque Del Toro supuestamente se alejó de a alcaldÃa por un asunto familiar. Los dichos del gobernador lo ponen en duda y agregan otro detalle: Del Toro ya no regresará a la alcaldÃa, aunque su licencia es temporal.
El lenguaje corporal de Del Toro, en las fotos junto a Pablo Lemus, es demoledor: brazos caÃdos, actitud retraÃda, ni un atisbo de entusiasmo.
El encumbramiento de Lemus como candidato de MC en Guadalajara es el indicador central de que el gobernador ya no podrá elegir a su sucesor: si Lemus gana, su candidatura dentro de tres años será inevitable. Ni hablar si en paralelo retiene la alcaldÃa de Zapopan, que es donde vive el cÃrculo rojo del estado.
Hay tres grandes afectados por este giro. El primero es el jefe de gabinete Hugo Luna, que ambiciona suceder a Alfaro desde el inicio del sexenio. Fue el armador del staff de gobierno y es el principal consejero polÃtico de Alfaro.
El segundo es Salvador Caro, que fue el hombre de Alfaro en el Congreso local. La irrupción de Lemus lo deja fuera de casi todo y por estas horas lo más probable es que termine de diputado federal en CDMX.
Finalmente Clemente Castañeda, amigo de Alfaro desde la infancia y de lealtad absoluta. El senador opera las elecciones de MC a nivel federal con resultados más bien pobres de momento.
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