La evolución de la tecnología de los procesadores ha sido, en general, un camino hacia la mejora en términos de rendimiento y capacidad de procesamiento. Durante las últimas décadas, hemos pasado de los procesadores de 8 bits a los de 16 bits, luego a los de 32 bits y finalmente a los de 64 bits. Si bien esta tendencia sugiere que la siguiente etapa lógica serían los procesadores de 128 bits, no hemos visto avances significativos en esa dirección.
Suficiencia del espacio de direccionamiento de 64 bits
Una de las principales razones para la falta de procesadores de 128 bits es la suficiencia del espacio de direccionamiento proporcionado por la arquitectura de 64 bits. Con 64 bits, es posible direccionar hasta 18 exabytes (18 mil millones de gigabytes) de memoria, lo que es más que suficiente para las aplicaciones actuales e incluso las futuras.
De hecho, la mayoría de los sistemas operativos y aplicaciones no utilizan ni siquiera el límite teórico de los 4 GB de memoria direccionable en la arquitectura de 32 bits. Pasar a una arquitectura de 128 bits aumentaría exponencialmente el espacio de direccionamiento, pero no se espera que los requisitos de memoria de las aplicaciones aumenten lo suficiente como para justificar este cambio en el corto plazo.
Costos de desarrollo y fabricación
El desarrollo de una nueva arquitectura de procesadores requiere una inversión significativa en investigación y desarrollo. Además, una vez que se ha desarrollado la tecnología, también se deben actualizar las instalaciones de fabricación y las cadenas de suministro.
Dado que la arquitectura de 64 bits aún no ha alcanzado su máximo potencial y puede satisfacer las demandas actuales y futuras, las empresas fabricantes de procesadores no tienen incentivos para invertir en el desarrollo de una arquitectura de 128 bits.
Eficiencia energética y térmica
Una de las preocupaciones al aumentar la capacidad de un procesador es el consumo de energía y la generación de calor. A medida que aumenta la capacidad del procesador, también aumenta el consumo de energía y la cantidad de calor generado. El diseño de procesadores de 128 bits requeriría un enfoque completamente nuevo en el manejo del consumo energético y la disipación del calor, lo que podría resultar en costos adicionales y desafíos técnicos.
Compatibilidad y adopción de software
Cuando se introduce una nueva arquitectura de procesador, también es necesario que los desarrolladores de software actualicen sus aplicaciones para aprovechar las ventajas de la nueva tecnología. Esto implica tiempo y recursos adicionales por parte de
Los desarrolladores de software, lo que puede retrasar la adopción de una nueva arquitectura de procesador. Además, la compatibilidad con el software existente también es un factor importante.
A medida que los sistemas operativos y las aplicaciones se han desarrollado en torno a la arquitectura de 64 bits, cambiar a una arquitectura de 128 bits requeriría una amplia revisión de todo el software existente. Esto no solo es costoso y consume tiempo, sino que también puede ser un obstáculo para la adopción de una nueva arquitectura de procesador.