Para el Gobierno cada vez es más difícil evadir la realidad que los datos duros arrojan: la violencia se encrudece. Apenas esta semana el Instituto Internacional para Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés) dio a conocer dolorosas cifras que hicieron reaccionar de inmediato a Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray.

En un comunicado conjunto, aseguraron que las conclusiones del reporte Armed Conflict Survery 2017 que presenta este instituto y coloca al país en un conflicto armado "no tienen sustento en el caso de México", tachándolo de irresponsable por tales afirmaciones y falto de cualquier rigor metodológico.

El estudio posicionó a México como el segundo más violento en 2016, por debajo de Siria, registrando un total de 23,000 decesos durante ese año, mientras que el país sirio contabilizó 50,000 muertes.

Pero el gobierno mexicano aseguró que el estudio "utiliza cifras cuyo origen se desconoce, refleja estimaciones basadas en metodologías inciertas, y aplica términos jurídicos de manera equivocada. Sus conclusiones no tienen sustento en el caso de México".

Enfrentando la parálisis para echar a andar un marco judicial para el Ejército mexicano y con enfrentamientos con la delincuencia organizada que no dejan de estallar, el Gobierno afirma que la aseveración es incorrecta:"La existencia de grupos criminales no es un criterio suficiente para hablar de un conflicto armado no internacional.

"Tampoco lo es el uso de las Fuerzas Armadas para mantener el orden al interior del país", insisten las secretarias de Relaciones Exteriores y Gobernación.

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Y alegan que la violencia relacionada con el crimen organizado "es un fenómeno regional, que va más allá de las fronteras que México comparte con Estados Unidos, Guatemala y Belice, entre muchos otros países".

Hay que decir que los últimos indicadores respecto a los índices de violencia en el país revelan que las cifras han incrementado y los indicios para este año apuntan a ser el más violento del sexenio, equiparándose con los niveles más altos durante el mandato de Felipe Calderón.

A pesar de ello, el gobierno descalificó las fuentes utilizadas por este estudio, pues recuerda que las cifras de homicidios dolosos para este año no han sido publicadas por el Inegi.

Así, alegan: que es "inverosímil la suposición que hace el estudio al considerar que todos los homicidios que tuvieron lugar en México están "relacionados con el combate a las organizaciones criminales".

Pero no hay que dejar de lado que este reporte evidencia que las cifras de muertes por homicidio que ocurrieron el año pasado en el país superan incluso los reportes en países como Irak y Afganistán. El reporte en ambos casos fue de 17 y 16 mil muertes, respectivamente.

Sin embargo, las dependencias que comandan Osorio Chong y Videgaray refieren a cifras de la ONU de 2014 y señalan que de acuerdo a esto, "México está lejos de ser uno de los países más violentos del mundo, con una tasa de 16.4, cifra muy por debajo de muchos países de la región.