El primer movimiento de OHL tras la elección del Edomex fue renunciar a participar en la licitación del hospital del IMSS en Atlacomulco. El triunfo de Alfredo Del Mazo no cambió la estrategia que traía la constructora antes de las elecciones: la firma quiere mejorar su imagen, muy cuestionada en la campaña por nexos con el PRI, y por eso abandonará grandes proyectos en el Edomex, al menos en el corto plazo. Se dedicará a competir por obras en otras entidades y sobrevuela la duda si se apartará también de la obra del Nuevo Aeropuerto.

La llegada del momentum electoral en Edomex, donde la corrupción fue un tema permanente, terminó por arrasar con la reputación de la compañía. Desde el mismo entorno de Del Mazo aseguran permanentemente a periodistas y empresarios que en su gobierno no habrá obra pública para la empresa. De ahí también la estrategia de la filial española de, por el momento, alejarse del Edomex.

OHL se convirtió en una carga demasiado pesada para cualquier futuro gobernante. Las obras millonarias que ganó en el Edomex mediante maniobras cuestionadas, la relación estrecha con el PRI a través de Emilio Lozoya y el hecho de que la compañía este en los discursos de los principales opositores, auguran un futuro difícil. Darle proyectos a OHL ya implica un costo político.

De acuerdo con el acta de presentación y apertura de proposiciones relacionada con el hospital del IMSS, fechada el 30 de mayo, OHL presentó una carta de disculpa por ya no seguir en el concurso.

Previo a su alejamiento del concurso,  OHL realizó varias preguntas en la etapa de junta de aclaraciones e incluso solicitó al IMSS que se ampliara el proceso para que se atendieran todos los cuestionamientos para poder hacer una oferta técnico-económica adecuada.