Enrique Peña Nieto clausuró la Asamblea Nacional del PRI con un mensaje enfocado en preservar las reformas estructurales del sexenio y en no apostar por candidatos "que quieren volver al pasado" -una evidente referencia a Andrés Manuel López Obrador- o que ya "han fracasado en el gobierno", un golpe certero para los panistas. Palabras de alto voltaje polÃtico que se permite más como militante que como Presidente.
Peña Nieto llegó al Palacio de los Deportes con un mensaje que expresa el optimismo que se respiraba en Los Pinos ayer viernes: una asamblea que se avecinaba conflictiva y tumultuosa terminó siendo pacÃfica y los rebeldes demostraron menos predicamento del que se especulaba en un inicio.
El mandatario logró lo que esperaba de la Asamblea. En tanto, figuras como Ivonne Ortega -hay quienes desde el CEN también meten en esa bolsa a Manlio Fabio Beltrones- quedan ahora bajo observación hacia futuro porque todo lo que dijeron en la previa a la asamblea no alcanzó para capitalizar apoyos internos.
EPN se mostró especialmente efusivo con los gobernadores y confirmó el momento actual de cercanÃa: desde la elección del Edomex no hay semana que los mandatarios estatales que le quedan al tricolor no desfilen por Los Pinos, especialmente aquellos cuyas entidades van a elección el año que viene.
Los dos conceptos más poderosos del discurso fueron la transformación y el futuro. El primero orientado a respaldar las reforma estructurales y el segundo de claro corte electoral. Para Peña Morena, el PAN y el intento de frente amplio representan el pasado, lo añejo, lo anquilosado.
"La ventaja de nuestro partido sobre las otras opciones es evidente. Mientras nosotros asumimos con valor y visión un mejor futuro para México, hay quienes pretenden regresarlos al pasado, le apuestan al caudillismo, a la subordinación de los aliados y a la división de los mexicanos", disparó contra AMLO en el pasaje más potente del discurso.
"Mientras el PRI confirma su capacidad para dar resultados, otros, por su falta de experiencia y sus conocidos fracasos de gobierno, disimulan su impericia con estridencias e incongruencias. Mientras que nuestro partido reafirma su compromiso con las causas de México, otros han optado por abandonar sus ideales y prefieren negociar posiciones antes que defender convicciones", le dijo al PAN, que negocia con fuerza una alianza con el PRD.
Enumeró los efectos de las reformas, se proclamó campeón del empleo -igual que Barack Obama en EU. y alcanzó a un guiño a la vieja guardia, a los que son lejanos a los tecnócratas. Otro de los fragmentas más destacados de sus palabras.
"Hoy la polÃtica y los partidos son cuestionados. Pero es aún más cierto que en la historia de la humanidad ningún gran cambio positivo ha sido posible sin la polÃtica". Este momento también disparó aplausos del auditorio por exhibe la fusión de las dos lÃneas que en los últimos 30 años se disputan el protagonismo tricolor.
Se refirió a la corrupción aunque en un principio se creÃa entre los asistentes que serÃa un tema ausente porque en la mesa de Mazatlán se trató con tibieza: "Lo dije y lo reitero: quienes han traicionado la confianza de la gente y de nuestro partido, deberán enfrentar las consecuencias. Y asà está sucediendo. Hemos actuado con firmeza y sin contemplaciones".
"La importancia de la actualización de nuestros estatutos es que nos abre a la sociedad y nos acerca a los ciudadanos, a quienes nos debemos en todo tiempo; y, también, consolida al PRI como la mejor plataforma para que militantes y simpatizantes puedan servir a su comunidad, puedan servir a México. Los cambios que hemos aprobado nos ponen al dÃa, nos dan competitividad y nos fortalecen frente a los retos electorales que se vienen", concluyó.
Esa frase trajo un aplauso algo tibio pero era ineludible porque lo confirmó a Peña como el estratega que quita los candados para preparar el formato de lo que ya es una realidad: la carrera presidencial.
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