Desde que tomó posesión Donald Trump ha tenido por lo menos un punto de su agenda muy claro: acabar con el legado que dejó Barack Obama a lo largo de ocho años de administración. Desde la joya de la corona de la administración pasada, Obamacare, hasta miles de regulaciones y ordenes ejecutivas de poca importancia mediática, Trump ha lanzado una guerra contra todo lo que huela a su antecesor, el que tanto lo humilló y se burló de sus aspiraciones presidenciales.
Una de estas medidas en la mira del nuevo presidente es el histórico acuerdo alcanzado con el Gobierno de Irán en 2015. En enero del año pasado Obama anunció que se levantarÃan las restricciones comerciales impuestas a Irán por haber cumplido con lo acordado. La intención es detener la proliferación de armas nucleares en la región y mantener un estricto control de las actividades nucleares de la nación persa.
Desde que era candidato Trump ha sido muy crÃtico del tratado. Durante la campaña llegó al punto de calificar las intenciones de la administración Obama como "sospechosas".
"Es casi como que hay algo más ocurriendo", dijo el entonces candidato durante un evento en Mississippi. "No creo que sea el caso, sólo creo que no son competentes". Trump cuestionó la falta de fuerza demostrada por el entonces canciller John Kerry, y su incapacidad para negociar la liberación de los prisioneros capturados por el Gobierno iranà como parte del trato, y prometió que serÃan liberados "antes de que yo tome posesión". Sobre Kerry agregó que no podÃa creer que no hubiera abandonado la mesa de negociación. "La gente quiere, no quiere ese falso cambio de Obama", dijo. "La gente quiere fuerza, quieren [lÃderes] competentes".
Anoche, fiel a su costumbre como entertainer y estrella de reality tv, el presidente lanzó un crÃptico mensaje a miembros de la prensa que fotografiaban una cena en la que Trump se reunió con lÃderes del Ejército y sus esposas. Durante la sesión fotográfica, el presidente se dirigió al grupo de reporteros: "¿Saben qué representa esto?", cuestionó señalando al grupo reunido para la foto. "Tal vez es la calma antes de la tormenta".
En contra de las recomendaciones de sus principales asesores en seguridad nacional y militares, quienes temen que el fin del tratado provoque inestabilidad en la ya de por sà explosiva región, Donald Trump, como hizo en el caso del programa DACA, se prepara para "pasarle la bolita" al Congreso en lo que respecta al tratado con Irán. Incapaz de terminarlo por sà mismo, quizá por el temor al repudio internacional, Trump se va a negar a certificar el cumplimiento de Irán con su parte del compromiso, y dejará al Congreso la decisión de terminar o continuar con el tratado. Para sorpresa de nadie, ni los demócratas ni los republicanos quieren lidiar con un asunto de esa magnitud.
De acuerdo con el análisis del New York Times, la postura serÃa parte de una estrategia más grande para presionar a Irán "en varios frentes", sin embargo, no queda claro cuál es el plan general.
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