Emilio Lozoya y Felipe Calderón jugaron, tal vez sin quererlo, un rol crucial en la salida de Raúl Cervantes de la PGR. El poder de cabildeo de ambos en la trama de Odebrecht marcó el destino del procurador que pretendÃa hacer de ese megaescándalo de corrupción su trampolÃn para ser fiscal general en el marco del SNA. El otro elemento que no se debe descartar es el retroceso de Jeff Sessions, procurador de Donald Trump, en el microclima de Washington.
La semana pasada Lozoya, en un gesto de gran audacia, le requirió a la Fepade un amparo que tenÃa como objetivo conocer los elementos en su contra en la carpeta de investigación que ligaba a Odebrecht con la campaña presidencial del 2012 donde Lozoya dirigÃa las vinculaciones con el extranjero.
Lozoya lo expuso a Cervantes cuando hace dos meses dijo que nunca lo citaron en el caso Odebrecht. Notable, porque los voceros de la PGR se dedicaban con insistencia a deslizar en off the record en diferentes medios que el ex director ya habÃa declarado ante las autoridades.
La jugada de Lozoya en la Fepade fue el lÃmite para Cervantes porque entendió no sólo que ese pedido iba a progresar, sino que una vez que los abogados de Lozoya accedieran al caso, podrÃa haber incluso una crÃtica demoledora contra el accionar de la PGR.
La idea de los abogados era reforzar lo obvio: que mientras Odebrecht es un caso que en Brasil, Perú y Colombia tiene a figuras centrales de la polÃtica local investigadas, en México nada ha ocurrido. Cervantes debió cargar con eso en la reunión de fiscales latinoamericanos en Brasil, meses atrás cuando debió decir que lo único que se hizo en México fue cancelar contratos de la constructora.
Calderón es otro actor crucial porque la auditorÃa que se realizó en Pemex a cargo del buffet Hogan-Lovells, y que está en la PGR, señala múltiples situaciones pertenecientes al sexenio calderonista.
Pero Calderón ahora es crucial para el PRI porque la brecha abierta con Ricardo Anaya convierte al ex presidente en un factor clave para Los Pinos dentro del panismo. El grupo calderonista en el Senado es el bloque de contención contra las arremetidas del dirigente nacional. De hecho, hace meses que los senadores ligados a Anaya hablan de un supuesto pacto entre Calderón y Los Pinos para encumbrar a Cervantes como fiscal a cambio de que el caso Odebrecht no corriera sus lÃmites hacia su sexenio.
La trama externa también jugó en la salida. Cervantes apostó por un fuerte nexo con el procurador de Donald Trump Jeff Sessions y lo secundó en prácticamente todos sus pedidos aún a pesar del discurso anti inmigrante de Sessions. Pero este último ha perdido terreno porque está enfrentado con los jefes de la CIA y el FBI.
Cervantes, que siempre tuvo buena relación con Sessions, pensaba que este serÃa un aval para su designación como fiscal general. Especialmente si Cervantes continuaba concediendo elementos en casos como el del ex gobernador Tomás Yarrington, preso en Italia y a la espera de su extradición.
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