Raúl Cervantes busca desde el viernes pasado un encuentro a solas con Felipe Calderón para pedirle que tres de los senadores panistas que responden al ex presidente se sumen al PRI y al Verde para que el actual jefe de la PGR sea designado Fiscal General. Es notable: Cervantes ahora va por todo, semanas atrás concedía permanecer en ese cargo solo cuatro años en lugar de nueve pero ahora ha vuelto a la posición inicial. El procurador quiere mandato completo. 

El ex consejero jurídico Humberto Castillejos respalda esta línea ante quien lo consulte alegando que alterar la duración del mandato implica debilitar las instituciones. Notable sentido del Estado de Derecho.

Para conseguir el llamado "pase automático", sólo es necesario aprobar la Ley de la Fiscalía General, lo que requiere la mitad más uno de los legisladores presentes en el pleno. Un trámite.

Según senadores panistas, Calderón todavía no concede esa plática con el procurador acaso porque el ex mandatario conoce de antemano la carta que Cervantes va a jugar: el escándalo Odebrecht. En la PGR dicen que el reporte de Hogan Lovells - firma de EU contratada por José Antonio González Anaya para averiguar quien cobraba sobornos de la constructora brasileña en Pemex -, está repleto de capítulos referidos al tramo final del sexenio calderonista, cuando un simpático Marcelo Odebrecht animaba comidas en Los Pinos. Para Cervantes ese es un activo a negociar.

Y es un activo a tener en cuenta porque si Calderón concede podrá nominar al fiscal Anticorrupción que es quien va a estar a cargo de lo que quede del escándalo Odebrecht. El ex presidente no tiene mucho tiempo para decidir, aseguran cerca de Cervantes. El Gobierno hace piruetas en el aire para demorar un poco más lo inexorable: que en Brasil se publique la trama entera del caso Odebrecht, con nombres y apellidos, algo que va a detonar sin duda en la prensa de ese país y así llegará a México.  

El Gobierno de Michel Temer, en extrema debilidad institucional, concede no tanto por Brasil sino por Argentina: Mauricio Macri es el socio regional más decisivo de Temer y en Buenos Aires el caso Odebrecht también desata inquietudes. Además, cuando ya todo se sepa será más difícil para la justicia brasileña seguir negociado posibles arrepentimientos.

Alimenta el optimismo de Cervantes que senadores calderonistas como Roberto Gil Zuarth cuestionen de frente a Ricardo Anaya por su intento de armar un frente PAN-PRD al cual tildan de inconducente. Anaya está guerra total con Los Pinos y ayer avisó al Senado, a través de Fernando Herrera, que aquellos que siquiera están analizando votar a Cervantes se despidan de cualquier idea de candidatura o posición para el año próximo. "La lucha contra  la corrupción va a ser un tema de plataforma política en la campaña", avisaron.