La pasión del presidente Donald Trump por Twitter volvió a meterlo en problemas esta mañana, y de hecho puso en problemas la operación del Gobierno Federal. Hoy el liderazgo de ambos partidos en el Congreso tenía programada una reunión con el presidente en la Casa Blanca para negociar la continuidad del presupuesto, hasta que el presidente tuiteó que no creía posible alcanzar un acuerdo con "Chuck and Nancy", por lo que Chuck Schumer y Nancy Pelosi, líderes demócratas en el Senado y la Asamblea, cancelaron su participación.

Los demócratas lanzaron un comunicado informando que, como el presidente no ve la posibilidad de alcanzar un acuerdo, "creemos que la mejor forma de avanzar es continuar negociando con nuestras contrapartes en el Congreso". Y continuaron: "En lugar de ir a la Casa Blanca para una reunión de puro show que no resultará en un acuerdo, hemos pedido al Líder [del Senado] McConnell y al Vocero [de la Asamblea] Ryan que nos juntemos esta tarde".

Tendré hoy una reunión con "Chuck y Nancy" sobre mantener al Gobierno abierto y operando. El problema es que ellos quieren inundar el país con inmigrantes ilegales sin chequeos, son débiles ante el crimen y quieren ELEVAR los impuestos sustancialmente. ¡No veo que alcancemos un trato!

Los líderes demócratas aseguraron que no tenían tiempo que perder. "Si el presidente, que ya antes en el año dijo que 'nuestro país necesita un buen shutdown', no está interesado en abordar la complicada agenda de fin de año, vamos a trabajar con aquellos republicanos que sí lo están, como lo hicimos en abril".

Hace meses, poco después de que Trump acabara con el programa que protege a los dreamers, Pelosi y Schumer se reunieron con el presidente y acordaron una resolución de continuidad hasta el mes de diciembre a cambio de que Trump apoyara legislación a favor de los jóvenes indocumentados. En aquel momento nadie entendió por qué el presidente habría cedido en un punto tan importante para los demócratas a cambio de extender el presupuesto por tan sólo unos meses, cuando pudo haber negociado muchos meses más de extensión y evitarse la situación que hoy enfrentan. Y es que los republicanos se enfilan hacia lo que los medios ya han llamado un diciembre de pesadilla.

Si el Congreso no logra aprobar una extensión al presupuesto para el 8 de diciembre, la consecuencia sería una shutdown del Gobierno Federal, es decir, por ley, todas las operaciones no esenciales tendrían que cerrar

Si el Congreso no logra aprobar una extensión al presupuesto para el 8 de diciembre, la consecuencia sería una shutdown del Gobierno Federal, es decir, por ley, todas las operaciones no esenciales tendrían que cerrar. La última vez que esto ocurrió fue en 2013 cuando, durante un periodo de 15 días, un grupo de legisladores en la Asamblea, impulsados por el senador Ted Cruz, se negaron a aprobar cualquier presupuesto que destinara recursos para Obamacare. Unos 800,000 empleados federales tuvieron que abandonar sus labores durante esas dos semanas, hasta que tuvieron que ceder y aprobar una resolución del Senado.

Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en 2013, esta vez el partido del presidente está en control absoluto del Poder Legislativo. A pesar de esto, Trump ha amenazado a los demócratas en repetidas ocasiones con forzar una suspensión de operaciones, y no queda claro por qué el presidente cree que esto afectaría al partido en la oposición. Como lo dijo el comentarista político y ex colaborador de Barack Obama, Tommy Vietor: "Trump primero mata al rehén, y después dice sus demandas". En aquella ocasión el rehén era la protección para los dreamers. En lugar de amenazar a los demócratas con acabar con el programa que los protegía si no apoyaban su ley de salud, Trump "mató" el programa y luego pidió que lo apoyaran.

Usualmente un shutdown ocurre cuando el partido en la oposición controla la Asamblea de Representantes y quiere presionar al presidente. Lo extraño es que un partido controlando ambas cámaras y la Casa Blanca no pueda conseguir los votos necesarios entre sus propios legisladores para pasar un presupuesto. Lo mismo les ocurrió este año, cuando tuvieron que depender de los votos demócratas para extender el presupuesto; o cuando no pudieron pasar su propuesta de ley para reemplazar Obamacare.

La misma división al interior del Partido Republicano que les ha impedido pasar una sola pieza importante de legislación este año ahora ha puesto a los demócratas en un lugar privilegiado: necesitan sus votos para que el Gobierno Federal continúe operando. A cambio, es posible que los demócratas demanden que se incluya una partida presupuestaria para continuar financiando Obamacare y que se legisle a favor de los dreamers, de lo contrario, Trump se enfilaría hacia un shutdown provocado por sus propios tuits y la falta de apoyo de sus legisladores.