La reforma fiscal de Donald Trump regaló un recorte de más de 40% a las corporaciones más grandes del mundo, quien desde ya están pagando 21% en lugar de 35. Además, acabó con un impuesto especial a las herencias que permitirá a los super ricos ahorrar millones de dólares cuando transfieran sus propiedades y bienes a sus herederos. El mismo presidente va ahorrará unos 30 millones de dólares tan solo este año cuando le toque pagarle al fisco. Esta semana el Departamento del Tesoro anunció que para este año el gobierno federal incrementaría la deuda nacional en casi un trillón de dólares para cubrir el presupuesto, más o menos el doble de lo que pidieron en 2017.

El incremento de la deuda nacional de un año a otro será de 84%

El argumento del Tesoro fue que el incremento ocurría debido al "punto de vista fiscal", mientras que la Oficina de Presupuesto del Congreso, órgano apartidista dedicado al análisis del gasto y el impacto que las nuevas legislaciones tienen en él, dijeron que la recaudación se verá reducida debido a la reforma fiscal de los republicanos.

En diciembre pasado los republicanos lograron pasar su reforma fiscal por ambas cámaras en el Congreso, el primer logro legislativo en la era Trump después de fracasar cinco veces en su intención por eliminar el sistema de salud de Barack Obama. Incluso lograron convencer a los llamados "halcones fiscales", como el senador Bob Corker, quien en repetidas ocasiones prometió nunca votar a favor de una ley que aumentara "un centavo" al deficit. Corker, por cierto, también se verá directamente beneficiado en su pago de impuestos.

Esta semana Wall Street vivió su peor momento en dos años y los especialistas apuntan que fue debido al incremento en la deuda nacional. El crecimiento en Wall Street a lo largo del año pasado, que muchos analistas atribuyen a la política anti regulatoria que la actual administración ha impulsado, es uno de los orgullos del presidente. Constantemente Trump celebró en discursos y en su cuenta de Twitter los números récord que el indicador Dow Jones -que es por cierto uno de los menos confiables- estuvo alcanzado durante el año pasado. Parece que esos días ya terminaron.

Analistas financieros señalan que hay preocupación entre los inversionistas debido a la deuda nacional de Estados Unidos. Temen que deje de haber compradores interesados alrededor del mundo, e incluso se habla de una recesión para 2019 en algunos círculos económicos.