El paso del general John Kelly por la Casa Blanca se pone cada dÃa más turbulento. Ya desde hace semanas se rumora que Donald Trump no está contento con su jefe de gabinete desde que siente que "mi general", como le gustaba llamarlo al inicio de su gestión, no lo respeta, y esta semana todo empeoró cuando explotó el más reciente escándalo en el 1600 de la Avenida Pensilvania.
El miércoles presentó su renuncia Rob Porter, secretario del gabinete, después de que se hicieran públicas varias acusaciones por parte de sus dos ex parejas por violencia fÃsica y abuso. Una de ellas, Colbie Holderness, incluso subió a redes sociales una fotografÃa donde aparece con un ojo morado. Su segunda esposa, Jennifer Willoughby, declaró que durante su ruptura con el ex colaborador presidencial tuvo que solicitar una orden de restricción por miedo a que la atacara.
Lo grave del caso es que dese hace semana el FBI informó a la Casa Blanca de los alegatos documentados contra Porter, y que no recomendaban entregarle una autorización para acceder a documentos clasificados de seguridad nacional. En términos básicos, el trabajo del secretario de gabinete es precisamente recibir y revisar toda la comunicación escrita que reciba el presidente por parte de sus secretarios y otros colaboradores, y decidir qué es importante y en qué orden deberá ser mostrada al mandatario. Es decir, una autorización de seguridad nacional es indispensable para el trabajo. A pesar de la recomendación, Kelly permitió a Porter seguir trabajando en la administración con permisos temporales, una decisión problemática, por decir lo menos.
La manera en que fue manejado el asunto se convirtió en una tormenta de relaciones públicas para una presidencia que ya de por sà vive en un estado permanente de crisis. En un escenario familiar para esta administración, la responsabilidad de la crisis ha cambiado de manos. Algunos culpan Donald F. McGahn, asesor legal de la presidencia, quien supo del historial de Porter desde hace por lo menos un mes y no al parecer no reportó con suficiente contundencia la información. Otros apuntan a Hope Hicks, la joven directora de comunicación y una de las colaboradoras más cercanas al presidente. Hicks, se supo esta semana, además estarÃa involucrada románticamente con Porter, y según reportes en varios medios habrÃa solicitado declaraciones en apoyo a Porter de diferentes funcionarios de la administración.
Trump, por su parte, parece que responsabiliza a Kelly directamente del caos. Según Vanity Fair, Trump estarÃa molesto porque Kelly no le informó del problema con Porter antes de que saliera en los medios. HabrÃa sido Ivanka Trump quien le mostró a su padre la fotografÃa de la ex esposa de su colaborador.
Apenas el martes, un dÃa antes de la renuncia, Kelly declaró que Porter es "un hombre de verdadera integridad y honor y no puedo decir suficientes cosas positivas de él". No se quedó corto: "Es un amigo, confidente, y un profesional de confianza. Estoy orgulloso de servir a su lado".
Hoy el tono cambió. Kelly dijo que los alegatos contra su ex colaborador eran verdaderos y que el martes no habÃa visto la fotografÃa de la ex esposa de Porter. Reconoció además que habÃa recibido reportes sobre el comportamiento del ex secretario de gabinete desde noviembre: "habÃa algunas cosas que tenÃa que revisar pero eso es todo", dijo.
De acuerdo con un reporte del New York Times, Kelly le habrÃa ofrecido su renuncia a Donald Trump por la catástrofe de esta semana. El presidente hoy declaró que "le deseamos lo mejor" a Porter. "Hizo un gran trabajo cuando estuvo en la Casa Blanca, y esperamos que tenga una maravillosa carrera, y sà tendrá una gran carrera por delante".
Horas después la Casa Blanca confirmó otro reporte preocupante: la administración "aceptó la renuncia" de un segundo colaborador, David Sorensen, quien trabajaba como redactor de discursos. La razón: alegatos en su contra por violencia contra las mujeres.
El último reporte del Times indica que los alegatos contra Porter habrÃan sido del conocimiento de la administración Trump desde enero del año pasado, poco después de la toma de posesión del presidente. Porter habrÃa argumentado que las acusaciones en su contra eran falsas y tenÃan la intención de acabar con su carrera.
El viernes por la mañana Kelly intentó defender su manejo de la situación. Durante una reunión con miembros del staff presidencial, Kelly aseguró que habÃa tenido conocimiento de las acusaciones contra Porter una hora antes de que éste renunciara. De acuerdo con colaboradores de la Casa Blanca, esto es completamente falso.
Hoy circularon varios nombres de posibles reemplazos para el general Kelly. Suena Mick Mulvaney, director de presupuesto, y hasta Gary Cohn, ex CEO de Goldman Sachs que actualmente se desempeña como asesor económico del presidente.
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