El pasado 9 de abril el Fiscal General Jeff Sessions firmó un memorando que establece una nueva política de cero tolerancia frente a los inmigrantes indocumentados en EU, particularmente aquellos que llegan por la frontera de nuestro país y que en su mayoría proceden de Centroamérica. La instrucción del fiscal, quien es una de las voces antimigratorias más fuertes en EU, ordena a los procuradores federales en los estados procesar penalmente a los indocumentados. Durante las administraciones pasadas existían políticas como la de "pescar y liberar", que permitía a los indocumentados circular libremente por EU mientras se resolvía su petición de asilo. Dichas solicitudes toman años en ser procesadas, y para cuando el solicitante volvía a ser requerido por la corte éste ya se había integrado a la población en cualquiera de los estados del país y rara vez volvía a aparecer.

Hace unos días la Patrulla Fronteriza permitió que un grupo de reporteros entraran a un centro de detención de indocumentados cerca de McAllen, Texas. Un reportaje de AP describe una bodega vieja en la que cientos de niños esperan a ser procesados. Una de las celdas, según reportes, tenía a 20 niños acinados. "Tirados había botellas de agua, bolsas de frituras y mantas de aluminio para ser usadas como cobijas", describe la nota. Según informó la Patrulla Fronteriza, tan solo en ese centro tienen a unos 200 menores detenidos. Había también 500 "unidades familiares", es decir, niños con padres o acompañantes.

Tanto demócratas como algunos republicanos han alzado la voz para condenar la política de la administración. Hoy la exprimera dama Barbara Bush publicó una columna en el Washington Post donde califica la postura de cero tolerancia como cruel e inmoral. "Me rompe el corazón", dijo.

"Nuestro Gobierno no debería estar en el negocio de meter niños a tiendas departamentales convertidas ni hacer planes para ponerlos en ciudades tienda en el desierto afuera de El Paso", dijo. "Estas imágenes incómodamente remiten a los campos de internamiento para japoneses-americanos en la Segunda Guerra Mundial, ahora considerado uno de los episodios más vergonzosos en la historia de EU".

Uno de los tratados internacionales que protege a los refugiados, no permite que las mamás sean separadas de sus hijos, por eso la administración está persiguiendo a los indocumentados como criminales, para poder detener a las mujeres que cruzan en compañía de menores. También existe un fallo de la Suprema Corte de EU que indica que cuando liberan a un niño detenido en uno de estos centros de detención, forzosamente tienen que liberar también a la madre. Esto ha tenido como resultado que cientos de niños hayan sido separados de sus padres o acompañantes. Al ser los adultos detenidos y procesados como criminales, los niños son enviados a centros de detención improvisados, muchos en condiciones deplorables. Esta situación le ha explotado a Trump pues la opinión pública lo ha responsabilizado de la cruel medida.

El Gobierno está aplicando leyes migratorias que datan de mediados de los 90, sin embargo, otros presidentes habían decidido no ejercerlas. Por el contrario, la actual administración está procesando a los indocumentados como criminales y separando a las familias

Trump, mientras tanto, ha intentado responsabilizar a los demócratas de la separación de familias. Lo cierto es que el Gobierno está aplicando leyes migratorias que datan de mediados de los 90, sin embargo, otros presidentes habían decidido no ejercerlas. Por el contrario, la actual administración está aplicando dichas leyes y procesando a los indocumentados como criminales.

La intención de la administración Trump parece ser doble. Por un lado, estarían buscando reducir el número de personas que intentan cruzar la frontera, de ahí que estén separando a las familias; y por el otro, lo ven como una forma de presionar a los demócratas para que pasen leyes migratorias afines a la visión de Trump, que cierren esos "hoyos legales" a los que Trump se refiere.

Adicionalmente, la administración ha limitado los motivos válidos para solicitar asilo en EU. La violencia de pandillas, una de las principales razones por la que la gente huye de países como Honduras, ya no es considerada razón para pedir asilo político. Tampoco lo es la violencia intrafamiliar, como las mujeres que huyen de una pareja violenta, quienes en el pasado podían refugiarse en EU.

El problema para el presidente es que la opinión pública y los medios han rechazado su narrativa. Al final del día la implementación de estas políticas es una decisión de Trump, a pesar de que la separación de niños de sus padre o acompañantes ya era un problema grave por lo menos desde 2014, con Obama en la Casa Blanca.

La senadora republicana Susan Collins demandó ayer a la administración "poner un fin" a la política de separar familias. "Es inconsistente con nuestros valores americanos separar a estos niños de sus padres a menos que haya evidencia de abuso u otra buena razón"

Ayer legisladores de ambos partidos no lograron ponerse de acuerdo respecto a una ley que prohíba la separación de las familias en la frontera. Incluso Rudy Giuliani, abogado de Trump y exalcalde de Nueva York, dijo en entrevista que veía con buenos ojos que se creara legislación en ese sentido, y agregó que no creía que Jeff Sessions le estuviera dando "los mejores consejo" a Trump.

De hecho, ya existen varias propuestas de ley de los demócratas que buscan legislar en la materia, sin embargo, los republicanos no se han animado a apoyar ninguna, pero ya hay algunos que han expresado su frustración.

La senadora republicana Susan Collins demandó ayer a la administración "poner un fin" a la política de separar familias. "Es inconsistente con nuestros valores americanos separar a estos niños de sus padres a menos que haya evidencia de abuso u otra buena razón", sentenció la legisladora. A pesar de sus objeciones, Collins no apoyó la propuesta de su colega demócrata, la senadora Dainne Feinstein, que calificó de "demasiado amplia".