Después de las buenas noticias la semana pasada, en la que se reportó que la economía de EU había crecido un histórico 4.1% en el segundo trimestre del año, esta semana la Oficina Presupuestal del Congreso (CBO), órgano apartidista del Congreso de EU dedicado al análisis de impacto económico, publicó sus proyecciones de este año para el déficit, y los números no son nada alentadores. Según el CBO, en 2018 el déficit, la cantidad de dinero que el Gobierno gasta por encima de lo que recauda, incrementará de $665 mil millones el año pasado a $804 mil millones de dólares.

De acuerdo con las cifras difundidas, EU se aproxima a tener un ritmo de gasto anual equivalente al 100% del total del Producto Interno Bruto para el año 2028. Actualmente es aproximadamente 77% del PIB.

"Esa cantidad es mucho mayor que la deuda en cualquiera de los años desde la Segunda Guerra Mundial", indicó el órgano.

Desde diciembre el CBO alertó que los recortes fiscales contemplados en la reforma fiscal de los republicanos tendrían como resultado estos incrementos en el déficit. Al final el partido decidió seguir adelante con la legislación.

Sin embargo, algunos analistas de corte conservador están menos preocupados con los recortes.

"Mi opinión en breve es que el déficit es y siempre será un problema de gasto", dijo a LPO Adam Michel, analista para temas presupuestarios de Heritage Foundation, el think tank conservador más influyente de Estados Unidos.

"Los Estados Unidos no tienen un déficit de recaudación", explicó Michel, "lo que tenemos es una adicción al gasto".

La postura tradicional de los republicanos es recortar impuestos y regulaciones para impulsar la economía, y eliminar en la medida de lo posible el gasto público, en especial aquel destinado a programas sociales.

"Aún si lográramos elevar el nivel de recaudación, la tasa de crecimiento del gasto tendría que ser recortada de manera sustancial", indicó el analista. "Recortar el gasto debe ser nuestro primer objetivo en cualquier reforma futura".

Michel señaló la semana pasada que las políticas económicas de Trump eran en su mayoría acertadas, excepto por el tema arancelario que los conservadores ven como impuestos al libre comercio.

El CBO indicó también que el crecimiento del PIB sería superior a lo que habían calculado el año pasado. Pronostican un crecimiento real de 3.3% para este año, 2.4 para 2019, y 1.8 para 2020. Sin embargo, señalaron que esos números no van a contrarrestar el déficit que esperan que se estabilice en varios años más. En total proyectan que la deuda entre 2018 y 2027 será de $11.7 billones (en español) de dólares.

Se trata de un momento extraño para la economía estadounidense. La reforma fiscal de los republicanos no llegó en un momento de necesidad, sino en uno de histórica expansión y crecimiento. Al mismo tiempo, el presidente Donald Trump ha implementado políticas proteccionistas que preocupan al establishment económica, sin embargo, son estás políticas las que han impulsado buena parte del crecimiento. Se trata de un choque peculiar.

Otros economistas han advertido que la economía tiene un crecimiento muy rápido y los recortes de los republicanos la pusieron en sobremarcha. "Durante tiempo de bajo desempleo y expansión económica, deberíamos estar tomando medidas razonables para poner la deuda en una ruta sostenible", advirtió a Reuters el economista conservador Michael Peterson.

"Esta alza de la deuda importa porque lastima a nuestra economía".