Después de una semana de silencio relativo, hoy Donald Trump arremetió contra la doctora Christine Blasey Ford, quien asegura que el juez Brett Kavanaugh, nominado por el presidente a la Suprema Corte, intentó violarla en una fiesta cuando tenía 15 años.

Trump acusó a la doctora de colaborar con "políticos del ala de la izquierda radical" para "destruir y retrasar" el nombramiento de Kavanaugh. "Los hechos no les importan", dijo el presidente. "Paso por esto todos los días con ellos en [Washington] DC".

En un tuit subsecuente, el mandatario cuestionó la veracidad de la acusación de Blasey Ford y dijo que, de ser verdad, existirían reportes policiales y denuncias del evento.

"No tengo duda de que, si el ataque contra la Dra. Ford fue tan malo como ella dice, se habrían presentado de inmediato cargos con la policía local por alguno de sus amorosos padres. ¡Le pido que presente esas denuncias para que podamos conocer la fecha, hora, y lugar!", arremetió Trump.

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En otro mensaje el presidente dijo que "los abogados de la izquierda radical" quieren que el FBI se involucre ahora. "¿Por qué nadie llamó al FBI hace 36 años?", cuestionó.

Cuando Blasey Ford salió a la luz con su acusación el presidente siguió la línea de los senadores de su partido y aseguró que había que seguir el proceso, aunque tomara un poco más de tiempo confirmar a Kavanaugh. Originalmente el plan era que la doctora testificara ante el Comité Judicial del Senado este lunes, sin embargo, con el paso de los días los abogados de la también profesora anunciaron que querían que el FBI investigara el asunto antes de que su cliente apareciera ante los senadores.

Esto tranquilizó los ánimos en las filas republicanas. Los conservadores supusieron que la testigo potencial no se presentaría y podrían confirmar al juez sin contratiempos, hasta que ayer los representantes de Blasey Ford negociaron con los senadores y todo indica que la doctora se presentará el próximo jueves bajo ciertas condiciones.

Blasey Ford indicó que desde que salió a la luz con su historia ha recibido numerosas amenazas de muerte, por lo que tuvo que abandonar su casa y mudarse de manera temporal por motivos de seguridad. 

A semanas de las elecciones de medio término, los demócratas esperan poder retrasar el nombramiento del nuevo ministro de la Corte hasta después de la jornada electoral y usar el tema para entusiasmar a los votantes.