El presidente de los Estados Unidos anunció el jueves último que a partir del 1º de septiembre impondría nuevos aranceles a las importaciones chinas atento al incumplimiento del país asiático de aumentar sus compras de bienes agrícolas estadounidenses. Rápidamente el equipo de Xi Jinping respondió que iba a tomar represalias, pero no dio precisiones de cuáles serían y abrió el terreno a las especulaciones que reeditaron viejos temores.

Recién este lunes se confirmó que el presidente chino le pidió a las empresas estatales de su país que suspendan las importaciones de productos agrícolas estadounidenses -lo que ya generó ligeras subas de los precios de la soja y el trigo argentinos- y que permitió una suba del dólar hasta llegar a 7 dólares por yuán, es decir el tipo de cambio más depreciado de los últimos once años.

El peso sufre por las tensiones de una guerra comercial: el tipo de cambio por arriba de los $19.50 por dólar

Esta medida golpeó a todas las monedas del mundo que se protegieron devaluándose también. Sin más,la cotización del dólar contra el peso argentino subió 80 centavos (1,4%), pero también sucedió lo mismo con otras monedas como el peso mexicano o el real brasileño que cayeron 1,4% y 1,8%, respectivamente.

Esto también arrastró a las bolsas: el índice industrial Dow Jones y el S&P 500 perdieron 2,9% y el Nasdaq perdió 3,4%. Y por ende el resto de los índices bursátiles del mundo se hicieron eco: el Merval perdió 1,1% y el Bovespa retrocedió 2,6%.

Desde luego, esta decisión de dejar correr la moneda -respuesta lógica del mercado frente al anuncio de nuevos aranceles- no fue del gusto de Donald Trump. No solo porque afecta el rendimiento de los aranceles sobre el déficit fiscal que Estados Unidos mantiene con China, sino porque también le genera complicaciones contra el resto del mundo, donde los Bancos Centrales también dejaron caer sus monedas para no atrasarse respecto del yuán.

Por eso, el presidente de los Estados Unidos acusó públicamente de "manipulación de la moneda" a China en su cuenta de Twitter.

....used currency manipulation to steal our businesses and factories, hurt our jobs, depress our workers' wages and harm our farmers' prices. Not anymore!— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 5, 2019

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No obstante, en la previa a la confirmación de la sanciones, las especulaciones proliferaron desde las retaliaciones estrictamente comerciales, una devaluación, pero también una amenaza que pudiera dolerle a Donald Trump como la que en su momento obtuvo en el año 2007 el entonces vicepresidente de los Estados Unidos recibió cuando cuestionó a China por mantener su moneda artificialmente barata: la venta de bonos del Tesoro de los Estados Unidos en manos de la República Popular China.

Si bien es verdad que Estados Unidos sería el más afectado por semejante medida, el segundo en la línea de fuego sería la misma China, el principal tenedor del stock de la inmensa deuda externa estadounidense. Por eso mismo, analistas de comercio exterior minimizaban la posibilidad de que Xi Jinping jugara semejante carta.

"Yo diría que en este contexto de baja de tasas, China sería directamente el primer afectado por la venta de títulos públicos y por eso no creo que pueda ni quiera correr el riesgo de una salida de capitales que pueda poner en relieve la debilidad del PBI chino -que cuenta con muchas regulaciones para sostener inversiones ineficientes e improductivas- y afectar así a la estabilidad política en un momento en el que enfrenta fuertes manifestaciones en Hong Kong. China tiene mucho para perder en este conflicto", explicó a LPO el experto en comercio exterior Marcelo Elizondo.

Sin embargo, el temor a estas medidas y las reacciones en las bolsas muestran que la disputa comercial entre estas dos potencias jaquea el orden multipolar y posterga a Europa de las decisiones que están redefiniendo la distribución mundial de la producción. Al fin y al cabo, ambas economías reúnen prácticamente la mitad del PBI global (35,6 billones de dólares) más que el resto de los siguientes 15 países que los siguen en el ranking de las economías más grandes del mundo.

No es casual que en promedio los mercados europeos perdieran más del 2% este lunes.

"La pérdida de relevancia internacional de Europa es clara en muchos de aspectos clave de la geoestrategia mundial como el terrorismo -los últimos atentados fueron en su territorio y no tiene una estrategia clara-, las migraciones -donde tampoco tiene una postura coordinada- y ahora la inserción comercial. Europa no entiende que el mundo va a una bipolaridad y este es un conflicto entre Estados Unidos y China y los Estados amigos de Estados Unidos y los amigos de China", aseguró el especialista consultado.

"Claramente este conflicto que empezó como una escaramuza ya va evolucionando a una guerra comercial, una suerte de guerra fría, ya no por una carrera armamentística como en el siglo XX, sino con herramientas económicas y comerciales; y no beneficia a nadie. Pero vale la pena remarcar que nunca fue un conflicto por el déficit comercial, sino una disputa política por los derechos de propiedad intelectual y una pulseada geoestratégica por el liderazgo mundial del desarrollo tecnológico", concluyó Elizondo.

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Tan solo pasaron 16 horas del anuncio de las represalias chinas para que Trump volviera a subir la apuesta: su secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, hizo público que la Cartera que él conduce evaluó la cotización del yuán -también denominado renminbi- y declaró al país como "Manipulador de Moneda" conforme al Acta General de Comercio y Competitividad de 1988.

En consecuencia, Mnuchin involucrará al Fondo Monetario Internacional "para eliminarla ventaja competitiva injusta creada por las últimas acciones de China".