No es un secreto que la producción petrolera de México a traviesa un momento crítico, con cifras que tienden a ir en picada y sin poder vislumbrar una pronta reversión; por el contrario, lo que se aproximaba era un mega proyecto canadiense que desbancaría aún más sus exportaciones a Estados Unidos.
Pero hoy que el presidente estadounidense Barack Obama le dio el no a los canadienses y su mega oleoducto, ¿significa un alivio para México? a decir del experto en el sector, Ramsés Pech, sí:“es un respiro, pero sólo momentáneo”.
Ello por la pronta reconfiguración en el mercado, con la entrada de Irán como competidor en hidrocaruburos, pero también, porque al terminar la administración de Obama, los canadienses podrían lanzarse de nuevo a buscar que el nuevo gobierno le dé luz verde, pronostica Pech.
El proyecto que haría tiritar a Pemex
Desde hace casi cinco años se venía cocinando desde Canadá el proyecto de construir un oleoducto que recorrería desde la ciudad de Harsity, del estado canadiense de Alberta y llegaría hasta Port Arthur, en Texas.
Esta infraestructura, denominada como Keystone XL significaba uno de los más grandes hitos para la vida petrolera de aquel país, con la promesa de cambiar la historia de suministro de hidrocarburos para Estados Unidos.
El proyecto era de tal envergadura que los expertos no dudaron al decir que significaría una fuerte presión para nuestro país y para Pemex, que actualmente ocupa el cuarto lugar en cuanto a exportaciones a nuestro vecino del norte, encabezado precisamente por Canadá.
Si bien México siempre ha sido un importante proveedor de crudo para Estados Unidos, los expertos señalaban que la presencia del sistema de ductos canadienses implicaría un tema que debería evaluarse con mucha seriedad, toda vez que transportaría crudo a lo largo de varios estados que tienen refinerías e industria petroquímica y que competería en precios.
Ello porque este tipo de ductos se considera una opción más económica para transportar crudo lo que podría poner en desventaja al hidrocarburo mexicano, utilizado como insumo en las refinerías de los estados de Texas y Louisiana.
Pero la propuesta no fue recibida con beneplácito por organizaciones ambientalistas y expertos, que alertaban los peligros ambientales que traería consigo. Y precisamente ese fue el argumento del gobierno encabezado por Obama para darle reversa.
La estrategia de EU detrás del discurso ambientalista
El polémico oleducto representaba una gran amenaza para el medio ambiente, apuntaban expertos, que lanzaron una serie de campañas en su contra, con protestas ante la Case Blanca y aglutinando a una parte significativa del electorado en torno a un puñado de políticos que habían hecho de Keystone el centro de sus programas electorales.
Como mostrándose atento a estos reclamos, Obama habría dicho que solo daría luz verde “si contaba con las garantías suficientes de que no contribuiría al cambio climático”.
Y hoy, el mandatario dijo que tras una revisión “exhaustiva” por parte del Departamento de Estado, Kerry le había comunicado que no puede respaldarlo y que “Keystone no sirve a los intereses de Estados Unidos”.
Pero para Pech, director de la consultoría Caraiva y Asociados, el trasfondo de esta decisión atiende más a una estrategia de vender su gas natural. “Estados Unidos está jugando bien con la estrategia”
Y explica, “está mandando un mensaje al mercado de que lo que le interesa es que se reduzca la disminución de dióxido de carbono, pero detrás de ella hay una estrategia comercial, diciendo que la mejor forma de cuidar el ambiente es el gas natural, que por su puesto, el vende”
De esa forma busca ponerse al timón, de un mercado que está determinando por las materias primas, los hidrocarburos. "Está buscando instalar la nueva configuración geopolítica, en un contexto en donde Irán está próximo a instalarse como el nuevo flamante competidor en el comercio de hidrocarburos".
Ello pone aún más retos para México, pues a decir de Pech, Irán logrará colocarse con fuerza y desplazará a nuestro país. En el caso de Estados Unidos, lo mandaría al quinto lugar, ejemplifica el experto.
De cualquier forma, señala Pech, "la disputa ahora se dirigirá a la producción de energías limpias". Tema en el cual México también está dirigiendo parte de sus esfuerzos como parte de la reforma energética, a través de impulsar proyectos eólicos y últimamente enfocado en la geotermia, pero que aún están muy desfasados a comparación de otros países.
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