A cuatro días de la elección en Estados Unidos la carrera por los 270 votos clave del Colegio Electoral se está cerrando. Donald J. Trump ha protagonizado más comebacks esta elección que estrella pop de los ochenta, y el triunfo que hace unas semanas (y antes de eso unos meses, y antes de eso un año) parecía impensable, hoy podría materializarse.

La balanza sigue estando del lado de Clinton, aunque nadie parece saber a ciencia cierta qué tanto. Los especialistas han identificado dos factores que hacen de ésta una de las elecciones más impredecibles de la historia. Por un lado, reconocen que a unos días que la meta, hay más electores indecisos que de costumbre, y muchos otros que han asegurado votarán por uno de los candidatos independientes. Se trata de votantes impredecibles que podrían mover la balanza hacia uno u otro lado el día de la elección

Adicionalmente, estamos presenciando una de las campañas más sucias de las que se tengan memoria, existe una repulsión que en procesos anteriores no se había visto. Como es de esperarse, ambos candidatos cuentan con un núcleo apasionado de votantes, pero tienen números muy altos de desaprobación entre los votantes indecisos.

Si Trump logra robarle New Hampshire, y logra además quitarle uno de los distritos del estado de Maine, le arrebataría la presidencia a Clinton. 

El sitio especializado en monitoreo y análisis de encuestas fivethirtyeight.com, sigue favoreciendo a Clinton, y la coloca con una probabilidad del 66% de ganar la elección, cifra que ha ido disminuyendo desde hace unas semanas. Apenas el 18 de octubre aparecía con una probabilidad de triunfo de casi 89%.

El portal dirigido por Nate Silver advierte que se está abriendo un camino para Trump en New Hampshire: el día de ayer una encuesta por primera vez le dio el estado al candidato republicano y lo puso 5 puntos por encima de Clinton. New Hampshire, aunque cuenta con sólo 4 votos en el Colegio Electoral, es uno de los estados que Hillary tenía supuestamente asegurados para alcanzar los 270 votos. Si Trump logra ganarlo, y logra además quitarle uno de los distritos del estado de Maine (que también está en juego), le arrebataría la presidencia a Clinton.

Este escenario no contempla que Hillary se lleve estados divididos como Florida, Nevada o Carolina del Norte. 

A estas alturas del proceso en 2012, Silver colocaba a Obama con una probabilidad de triunfo del 86%, muy por encima del 66% que tiene hoy la ex secretaria de Estado.

Sin embargo, otra de las cartas ocultas con las que cuenta la campaña Trump (por lo menos a nivel discursivo) se está desmoronando. La supuesta mayoría silente que se decía lo apoyaría el día de la elección pero que tenía miedo de declararlo abiertamente -voto vergonzante-, parece ser un mito. Durante las elecciones primarias se detectó que ciertos votantes se apenaban de apoyar abiertamente al magnate, y se cree que fue una de las razones por las que muchas encuestas fallaron.

El día de ayer un estudio de Politico y la casa encuestadora Morning Consult parece haber terminado con esta fantasía. La encuestadora realizó una serie de encuestas automatizadas y sin la participación de un entrevistador y encontraron que no existía una diferencia significativa con las encuestas telefónicas tradicionales, aunque advirtieron que probablemente sí haya uno que otro votante de Trump oculto.

Del lado de Clinton tienen la esperanza de que un ejército de votantes latinos salga a darle una sorpresa a los republicanos el 8 de noviembre. Se calcula que habrá una participación histórica en este sector de la sociedad estadounidense, con un incremento que podría alcanzar hasta 3.9 millones más votantes que en 2012. El cálculo es que el 79% de éstos apoyan a Clinton, aunque para muchos sería más preciso decir que reprueban a Trump.