El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una nueva orden ejecutiva que bloquea el ingreso de inmigrantes de seis paÃses musulmanes, luego que la justicia hundiera semanas atrás el decreto que ahora su equipo modificó, se supone para que pase el filtro judicial.
La decisión parece otra movida pensada para recuperar la iniciativa perdida por su administración, desde que se agravó el caso de los vÃnculos con Rusia, luego que el procurador Jeff Session, confesara haber hablado en plena campaña con importantes funcionarios de Vladimir Putin.
Trump intentó primer desviar la atención acusando -sin ninguna prueba- al ex presidente Obama de haber ordenado la pinchadura de sus teléfonos en la torre que tiene en Manhattan. Tras el naufragio de esa operación, que terminó endosándosela al Congreso a quien reclamó que investigue lo que él mismo denunció; este martes avanzó con la nueva Muslim Ban.
A inicios de febrero, su primer proyecto de veto migratorio fue rechazado por la justicia estadounidense. Entonces Trump dijo que llevarÃa esta apelación hasta los tribunales y posteriormente dijo a prensa que el tema necesitaba celeridad, por lo que advirtió que habÃa otras opciones, "como simplemente presentar un nuevo decreto".
Esta nueva orden ejecutiva, que entrará en vigor el 16 de marzo, habla de una "suspensión temporal" de entrada al paÃs durante 90 dÃas a los ciudadanos de seis paÃses de mayorÃa musulmana -Sudan, Siria, Irán, Libia, Somalia y Yemen- que estén fuera de Estados Unidos. Insisten que el foco será en aquellas personas que no tengan un visado en vigor.
Uno de los temas que más llamó la atención fue la exclusión de Irak de este listado. Desde el departamento de seguridad interior (Homeland Security), explicaron que esto se determinó tras las negociaciones con este paÃs.
"Se acordó que Irak incrementarÃa la cooperación con el gobierno estadounidense, acordando mejorar la calidad de la documentación de viaje y reforzar su intercambio de información sobre ciudadanos potencialmente peligrosos", señalaron durante la conferencia de prensa que brindaron los secretarios de Estado, Rex Tillerson, el procurador General, Jeff Sessions y el secretario de Seguridad Interior, John Kelly
Además, la prohibición indefinida de ingreso de los refugiados de Siria se redujo a 120 dÃas y se excluyó la excepción planteada originalmente para "minorÃas religiosas", con el objetivo de acoger a cristianos perseguidos por el terrorismo islámico.
La defensa legal y polÃtica del nuevo decreto quedó básicamente a cargo del golpeado Sessions quien sostuvo: "No podemos permitir el ingreso de estas personas cuando en sus gobiernos no pueden proveernos la información que necesitamos para investigarlos adecuadamente, estos gobiernos a veces permiten el terrorismo".
Y se cuidó de aclarar: "El Departamento de Justicia tiene este decreto, es un ejercicio legal y el Departamento de Justicia acatará las órdenes del Presidente".
Que Session haya sido la cara de una medida que viene muy vapuleada no parece casual. Trump está furioso con su procurador porque le arruinó los efectos positivos de su primer discurso ante el Congreso.
El nuevo capÃtulo del affaire Rusia le arruinó lo que empezó para Donald Trump como una semana triunfal -quizá la primera desde tomó posesión-.
El lunes pasado, el magnate habÃa arrancado con buenas noticias por las reseñas amistosas de su discurso ante el Congreso. Sin embargo, dos dÃas después, Sessions anunció que después de las revelaciones sobre su reunión con el embajador ruso, se recusarÃa de las investigaciones que el Departamento de Justicia haga sobre la campaña de Trump y su posible relación con Rusia.
Es decir, Session no será informado por el FBI ni participarÃa de ninguna manera en dichas investigaciones. La decisión de Sessions enfureció a Trump, quien teme que la opinión pública interprete el anuncio del fiscal como un fracaso de su administración, o una forma de admitir culpa.
Robert Costa, reportero del Washington Post, tuiteó que Trump estaba "echando humo" por la decisión del procurador. "El presidente comentó a su staff que Sessions, la Casa Blanca/Departamento de Justicia debieron hacer más para contradecir la historia de [los nexos rusos de] Sessions, que era basura".
Evan McMurry de la ABC confirmó que, de acuerdo a sus fuentes al interior de la Casa Blanca, Trump se reunió con miembros de su staff antes de partir rumbo a su propiedad Mar-a-Lago en Florida el pasado fin de semana y "enloqueció".
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