Duró poco. La atención puesto sobre Asia y el aparente alivio para México -otro de los enemigos de campaña- quedó sepultado ayer, cuando trascendió que Donald Trump había firmado ya una orden ejecutiva para salir del TLCAN. Así lo informó Político, en lo que parecía otro rumor agitado desde la propia Casa Blanca.

La respuesta fue inmediata. Tanto Enrique Peña Nieto como el canadiense Justin Trudeau llamaron por teléfono al mandatario de los Estados Unidos para confirmar si esto era cierto. Una nueva victoria mediática de Trump.

"Recibí llamadas del Presidente de México y del Primer Ministro de Canadá pidiéndome renegociar el TLCAN más que terminarlo. Estoy de acuerdo", admitió por Twitter.

En medio de su reunión con el argentino Mauricio Macri, esta mañana Trump volvió a referirse a los rumores de una ruptura del tratado. Desde el Salón Oval, el magnate no rechazó esa posibilidad. Confirmó que había firmado la orden ejecutiva pero dio marcha atrás por las pláticas que mantuvo con Peña Nieto y Trudeau.

Repitió entonces su clásico argumento: "Este tratado ha sido muy beneficioso para México y Canadá, pero no para los Estados Unidos. Queremos un acuerdo justo". Y explicó la decisión final quedará atada a los beneficios que puedan conseguir para los trabajadores de su país.

Hasta ahora el gobierno mexicano estaba empapado de optimismo. Los malos resultados en cada una de las promesas de campaña de Trump -tuvo que dilatar el pedido de fondos para el muro fronterizo, por citar un sólo ejemplo- daban la idea de una negociación más sencilla de los esperada.

El rol de las grandes empresas mexicanas desde su triunfo en la urnas también daba buenas proyecciones. Es que según explicaron a LPO, hasta la victoria de Trump, los grandes inversores mexicanos en Estados Unidos no apostaban a tener influencia en Washington. Ahora todas contrataron a agencias de cabildeo para tener un margen de poder de decisión en el Congreso.

El optimismo era tan elocuente, que incluso Videgaray y Guajardo pensaban en un inicio de negociaciones para julio o agosto. No es el mismo pronóstico que hacen desde los Estados Unidos. "Con suerte empezará en diciembre", contó un funcionario desde Washington.

Trump recibió hoy a Mauricio Macri, el segundo presidente latinoamericano en ingresar a la Casa Blanca bajo esta nueva administración. El primero fue el peruano Pedro Pablo Kuczynski. 

La Argentina atraviesa por estos días una situación similar a la mexicana en términos comerciales, aunque por supuesto a una menor escala. La administración de Trump bloqueó el ingreso de limones y también del biodiesel argentino.