Los nervios están a flor de piel de nuevo para la industria siderúrgica mexicana. Esta vez por la posibilidad de que Estados Unidos inicie una investigación para determinar si el acero importado en su país amenaza la seguridad nacional.

El problema, advierten desde la industria mexicana, es que esa investigación pudiera derivar en el cierre de las fronteras del país vecino y afectaría de manera indirecta a México.

El presidente de la Comisión de Enlace Legislativo de la Canacero, Juan Antonio Reboulen, aceptó: "Los nervios están de punta y la tensión al borde del límite por saber cómo vendrá la resolución de esta investigación que ordenó el Presidente Donald Trump en un memorándum bajo la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962".

Agregó que Si el Congreso aprueba la investigación a otros países, habría una guerra proteccionista que afectaría en forma indirecta a todos los mercados, incluso al mexicano".

Y es que dice que con esta investigación, "habría una guerra proteccionista que afectaría en forma indirecta a todos los mercados, incluso al mexicano", pues el mercado estadounidense es clave para la industria mexicana, siendo el destino del 68% del total de sus exportaciones de productos de acero.

La orden la dio el presidente Donlad Trump desde el pasado 20 de abril, para investigar si las compras de acero extranjero son una amenaza para la seguridad nacional, encargándole que, de confirmarse, fijara aranceles, basándose en la Sección 232 de la Ley de Comercio de Expansión de 1962.

"Si determinan que por razones de seguridad nacional el acero, de donde venga, es un peligro, pueden cerrar las fronteras, por lo que esta ha sido una amenazas más graves al comercio bilateral entre México y Estados", apuntó Reboulen.

Desde el pasado 16 de junio se esperaba que hubiera reuniones entre las autoridades y representantes de esta industria en Estados Unidos, sin embargo, una lucha interna entre usuarios del acero y productoras han trabado una resolución, pero se espera esta semana se dé el anuncio.