Al más puro estilo de Anthony Scaramucci, quien rompió récords al ser despedido apenas 10 diez después de ser contratado, convirtiéndose en el director de comunicación con menor trayectoria en la historia de la Casa Blanca, Stephen K. Bannon, principal estratega de Donald Trump y el representante de sus ideas nacionalistas y aislacionistas, sostuvo ayer una singular conversación telefónica con Robert Kuttner, director de la revista de polÃtica progresista The American Prospect, publicación que no ha sido nada tÃmida sobre su postura anti Trump desde que el presidente ganó la elección el 8 de noviembre.
Hace unos dÃas los rumores de una posible salida de Bannon de la administración cobraron fuerza cuando Trump se negó a apoyar públicamente a su estratega más importante.
Bannon no midió sus palabras, descartando de entrada que exista una solución militar al conflicto con Corea del Norte, contrario a lo que Trump ha asegurado en repetidas ocasiones.
"OlvÃdalo", dijo Bannon. "Hasta que alguien resuelva la parte de la ecuación que me muestre que diez millones de personas en Seúl no mueren en los primeros treinta minutos con el uso de armas convencionales, no sé de qué estás hablando, nos tienen [atrapados]", aseguró.
De acuerdo con Kuttner, el asesor del presidente y exdirector de su exitosa campaña en 2016, le llamó para compartir ideas sobre la situación que Estados Unidos enfrente con China. Kuttner habrÃa publicado hace unos dÃas una editorial explicando por qué -desde su punto de vista-el gran ganador económico de la escalada entre Estados Unidos y Corea del Norte era precisamente China.
"Es un gran honor poder finalmente hablar contigo", le dijo Bannon, "he seguido tu escritura por años y creo tú y yo estamos en el mismo barco en lo que se refiere a China. Diste en el clavo".
Bannon explicó que, a su parecer, China estaba conduciendo una guerra económica contra Estados Unidos, misma que los norteamericanos estaban perdiendo desde años atrás: "Para mà la guerra económica con China lo es todo", dijo. "En cinco años, diez años máximo, vamos a alcanzar un punto de inflexión", del que ya no van a poder recuperarse.
Este punto explicarÃa la importancia que tiene para Bannon el tema del comercio y de montar una postura más proteccionista, sobre todo en lo que respecta a los tratados comerciales internacionales como el extinto TPP y el Tlcan que, quizás no es coincidencia, se está debatiendo en este momento en Washington.
La estrategia que Bannon intenta impulsar al interior de la administración contempla presentar denuncias contra China por violaciones al acta de comercio y a otros acuerdos comerciales alcanzados entre ambas naciones.
"Una queja bajo la sección 301 del Acta de Comercio de 1974 contra la coerción china de transferencia de tecnologÃa de corporaciones estadounidense que hacen negocios allá", explicó en su historia Kuttner.
"Hemos llegado a la conclusión de que están en una guerra económica y nos están destruyendo".
Uno de los momentos más interesantes de la conversación llegó cuando Bannon habló del movimiento ultranacionalista y supremacista con el que a él se la identificado desde años, cuando declaró que Breitbart, el portal de la ultraderecha que Bannon dirigÃa, era la voz de la alt-right.
"El etnonacionalismo--son perdedores", dijo el asesor sobre el grupo que el pasado sábado costó la vida de una manifestante anti fascista en Virginia.
"Son elementos que están al borde. Creo que los medios les dan mucho crédito, y tenemos que ayudar a destruirlos, uh, ayudar a destruirlos más".
Y sentenció: "Estos tipos son una colección de payasos".
Sobre las guerras internas que le toca librar con funcionarios globalistas, como el exbanquero Roy Cohn, o la gente del Departamento del Tesoro y los que están en el Pentágono, Bannon fue categórico: "Se están mojando los pantalones", y explicó que la estrategia comercial contra China va a regresar en cuando las cosas se enfrÃen con Corea del Norte.
"Estoy cambiando gente en [el comando de] Defensa de Asia del Este; voy a meter a halcones", dijo, usando el término que tradicionalmente se usa para referirse a funcionarios con una visión más belicosa, aunque no queda claro qué quiso decir Bannon en este contexto. "Voy a sacar a Susan Thornton [la directora interina de Asuntos para el Este de Asia y el PacÃfico] de [Departamento de] de Estado", aseguró.
La justificación que dio de la llamada es que estaba intentando formar una coalición de "halcones de comercio", es decir, personas con una visión proteccionista y agresiva en este tema, que incluya tanto a la izquierda como a la derecha. "De ahà que me llamara", dijo el periodista.
Kuttner se cuestiona, y con razón, la lógica detrás de este argumento: "No queda claro cómo hablar con la izquierda lo ayuda. En todo caso le da munición a sus adversarios para que acusen a Bannon de ser poco confiable o desleal", reflexionó el autor. Se trata de una acusación tan seria que la sola sospecha de deslealtad ha costado el puesto a algunos en una de las administraciones más paranoicas de las que se tengan memoria, y aquà está Bannon discutiendo abiertamente sus posturas más privadas con el director de una publicación abiertamente hostil a Donald Trump.
Quizás Bannon está consciente de que el presidente aprecia este tipo de explosiones de aparente hombrÃa y lo que sólo Trump entiende como "ser alfa". Cuando Scaramucci hizo las explosivas declaraciones contra el exjefe de gabinete Reince Priebus y con el mismo Bannon -a quien acusó de perseguir sus propios intereses e intentar practicar sexo oral en sà mismo-se filtró que Trump no estaba enojado, sino divertido con la travesura de su flamante director de comunicación.
Bannon dijo otra cosa fascinante respecto a la contienda contra los demócratas y los que les depara: "Los demócratas, entre más hablen de polÃtica de identidad, los tengo". Es decir, Bannon comulga con la idea de que las posturas progresistas de igualdad racial, de género, y otras, sólo sirven para alienar a un sector masivo de los votantes y que, como ocurrió el año pasado, se inclinarán a apoyar la agenda del presidente.
"Yo quiero que hablen de racismo todos los dÃas", explicó. "Si la izquierda está concentrada en raza e identidad, y nosotros vamos con nacionalismo económico, podemos destruir a los demócratas", sentenció al estratega.
Es imposible no darle crédito a Bannon. Efectivamente dio en el clavo con su análisis del ambiente polÃtico y electoral el año pasado. Su apuesta por la candidatura de Donald Trump no fue una casualidad.
En parte fue Bannon quien durante años construyó el discurso neo nacionalista y anti inmigrante sobre el que Trump navegó hasta la Casa Blanca. Fue él quien, desde Breitbart, avivó las flamas de la xenofobia y la ira por una desigualdad económica que es absolutamente real. Y aunque probablemente las inquietudes y dificultades de la clase trabajadora que Bannon y la campaña lograron explotar hace un año siguen y seguirán ahÃ, cada dÃa resulta más difÃcil imaginar que Donald Trump, quien ante cada situación ha demostrado su falta de disciplina e incapacidad para gobernar, pueda volver a ser el vocero de dicho movimiento.
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