Finalmente al dirigente del Partido Verde, Carlos Puente Salas, le terminaron haciendo sentir el peso del desastre de la pasada elección presidencial. Según explican en el partido del tucán, Puente creía que tenía posibilidades de coordinar la bancada de 13 diputados federales pero finalmente ese cargo será para Arturo Escobar, que ya está totalmente alineado con el gobernador saliente de Chiapas, Manuel Velasco, el nuevo protagonista principal del Verde gracias a sus nexos con Morena.

En diciembre del año pasado Puente repetía, no sin cierta frivolidad, que la candidatura de José Antonio Meade iba a repuntar hacia el mes de febrero, cuando su nivel de conocimiento nacional se elevara. El entusiasmo se fue apagando a medida que Meade no figuraba y se terminó de extinguir cuando el senador intentó entrar al War Room tricolor y fue vetado por Javier Lozano. Un duro estiletazo para quien se cree a sí mismo un experto en comunicación política y campañas.

Ya sobre el final de la campaña Puente pasó a un muy discreto segundo plano porque más que pensar en el triunfo hacía cuentas para ver si el Verde iba a retener registro o si él pasaría a la historia como el dirigente que terminó por enterrar al Partido. El registro nacional se salvó pero se perdió en entidades como Oaxaca, Campeche y Veracruz.

Velasco, que queda como coordinador en el Senado, anuló cualquier chance de Puente de coordinar en San Lázaro y repartió poder con Escobar, que maneja diversas redes que harían posible la supervivencia del partido que queda reducido a su expresión más pequeña de la historia.