Mañana viernes el Gobierno planea develar quién será el adjudicatario de la ingeniería del Tren Maya. Hoy jueves por la tarde habrá una reunión decisiva y en el Palacio Nacional crece la inquietud porque viene muy bien perfilada la firma Senermex, compañía de capitales españoles y muy ligada a Gerardo  Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transporte del sexenio de Enrique Peña Nieto.

Senermex realizó la ingeniería del tren México-Toluca, proyecto estancado por múltiples inconvenientes de viabilidad y con el estigma de un sobreprecio sideral. También estuvo a cargo de la Línea 3 del Metro de Guadalajara que también terminó costando más de los previste y que tiene unos costos de mantenimiento demasiado elevados. A esto se sumaron algunos negocios con la CFE en una de sus centrales de ciclo combinado y la autopista Durango-Mazatlan. Senermex ganó mucho dinero en la administración anterior. Y quiere seguir ganándolo.

El problema es que los hombres de negocios mexicanos involucrados en esta licitación se están quejando en diversas oficinas del gobierno porque alegan que Senermex se caracteriza por tener fuertes demoras para pagar a las firmas locales que contrata y que cuando se expresan quejas la respuesta es que hay que llamar a Madrid.

 Senermex realizó la oferta más baja en consorcio con Daniferro Tools, Kay Capital y Geotecnia y Supervisión Técnica. El monto con IVA asciende a 346 millones de pesos.

Más allá de ese costado administrativo, existe un mensaje más complicado para los bríos de la 4T: Andrés Manuel López Obrador ha prometido negocios para empresas mexicanas. Y ya la ingeniería de Dos Bocas será en parte ejecutada por un consorcio liderado por Fluor, compañía de EU muy ligada al yerno de Donald Trump, Jared Kushner.  También juegan allí gigantes del exterior como Kellog y Samsung.

Los entornistas más audaces alegan que el negocio de Fluor se encaminó en la cena que el presidente compartió con Kushner en la casa de Bernardo Gómez, directivo de Televisa y con gran interés en acercar colaboradores al gobierno moreno. Los giros del destino.

En ese marco, no será fácil ahora en otra obra estructural del sexenio dar tanto espacio a demasiados jugadores extranjeros. Especialmente si además la empresa carga con sus antecedentes del gobierno anterior.