No todo son malas noticias para los mexicanos respecto al gobierno de Donald Trump. Ejemplo de ellas son las cementeras, que pueden ser ganadoras de una parte del pastel con el ambicioso plan de infraestructura de Donald Trump.

Durante la gestión de Barack Obama uno de los temas que quedó en deuda fue el de infraestructura, con fuertes oposiciones por parte del partido Republicano y por ello, tanto Hillary Clinton como Trump lo volvieron promesa de campaña.

Ya como presidente, el magnate no ha bajado la promesa. "Nadie puede construir mejor de lo que puedo”, alegando que la reparación de caminos y puentes no es "tan diferente" de la construcción de edificios, insistía en campaña y reiteró durante su discurso inicial.

Para llevar a cabo esta misión, el flamante presidente propuso a Elaine Chao para encabezar el departamento de Transporte, quien dijo ya que que una de sus principales prioridades será establecer una unidad especializada de infraestructura.

Con ello echarán a andar la construcción y modernización de carreteras, aeropuertos y puentes y por supuesto, insiste en el muro en su frontera norte y ya prometió entregar un paquete de reconstrucción masiva al Congreso dentro de sus primeros 100 días en el cargo.

Cuartoscuro

La propuesta de Trump es una Ley de Energía e Infraestructura que busca “aprovechar las alianzas público-privadas y las inversiones privadas a través de incentivos fiscales, para impulsar $1 billón en inversiones en infraestructura durante 10 años.

La gran oportunidad de las cementeras

A pesar de su discurso anti-mexicano, precisamente serán empresas nacidas en este país las que ya tienen puestos los ojos en este ambicioso proyecto. Tanto es así, que en el mercado la respuesta de los inversionistas es favorable.

El caso más notorio de esto es el de Cemex, que durante la tercera semana de enero registró un avance de casi 11% en el precio de sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). No faltó quien especulara de que ello era reflejo de la posibilidad de las empresas mexicanas de participaren el polémico proyecto de la construcción de un muro.

Por ahora, la mayoría de los analistas no lo ven como un factor. En diálogo con LPO, Armelia Reyes, especialista en infraestructura de Signum Research, confirmó que esta reacción tiene que ver precisamente con este plan en un país donde la cementera mexicana ha incrementado su presencia.

“El impulso que ha mostrado su acción es una respuesta a las perspectivas que tienen los inversionistas en el sector y en donde tendrá oportunidad esta empresa, así como otras mexicanas, como Mexchem”, explicó Reyes.

Por su parte, Miriam Flores, especialista de Grupo Invex agregó que “los inversionistas parecen mostrar una expectativa positiva sobre la demanda de cemento en Estados Unidos por la posibilidad de un mayor gasto en infraestructura”.

Actualmente Cemex cuenta con 12 plantas en territorio estadounidense, representando en 29% de sus ingresos totales. Además, tiene presencia en entidades claves para este sector, como Texas, por lo que en los últimos años se ha beneficiado del crecimiento del sector residencial.

Otra de las firmas mexicanas es Cementos Chihuahua, que cuenta con cuatro plantas en ese país, sin embargo, el 77% de sus ingresos proviene de allí y precisamente en los últimos meses el crecimiento de sus actividades es más fuerte allá que en nuestro país.

Por ahora el muro es un tema en el que los analistas no lanzan muchos pronósticos sobre la participación que podrían tener las empresas mexicanas. Aunque por lo pronto, la chihuahuense ya se apuntó para el proyecto.

En noviembre, Enrique Escalante, director de la cementera señaló: No podemos ser selectivos, somos un productor importante en esa zona y tenemos que respetar a nuestros clientes en ambos lados de la frontera".